
Lucas Smith recuerda el momento en el que se dio cuenta de la buena suerte que tuvo al poder investigar objetos espaciales en el Laboratorio Planetario de la Universidad de Arizona en Tucson.
El candidato del programa de doctorado estudiaba muestras de un meteorito, parte de un asteroide que había caído en la Tierra, cuando un asesor se apareció y le dijo: “aquí tengo una vieja caja con piedras lunares”, relató Smith a ShareAmerica. Luego de 50 años de haberlas guardado la NASA había repartido a varias universidades sus muestras logradas en las misiones Apolo, entre ellas las del primer alunizaje de personas, para ser investigadas por estas.
Ahora Smith, junto a otros investigadores, están recibiendo más muestras, y al respecto dice que ello podría ser importante y contribuir a cambiar la comprensión del sistema solar por parte de los científicos.
El 24 de septiembre la misión de la NASA OSIRIS-REx por “Origins, Spectral Interpretation, Resource Identification, Security, Regolith Explorer” (orígenes, interpretación del espectro, identificación de recursos, seguridad, explorador Regolith) hizo llegar a la Tierra una muestra del asteroide Bennu. Un brazo robótico de la nave de la NASA recolectó la muestra en octubre de 2020 cuando el asteroide se hallaba a 321 millones de kilómetros de la Tierra.

Anjani Polit, ingeniera de sistemas para la implementación de la misión OSIRIS-Rex, comentó que las muestras del asteroide podrían proporcionar a los investigadores conocimientos sobre un asteroide que tiene 4.500 millones de años de antigüedad así como una información sobre los comienzos de nuestro planeta.
“Los asteroides como Bennu son cápsulas del tiempo acerca de los principios de nuestro sistema solar”, dijo Polit a ShareAmerica. “Es posible que Bennu haya distribuido agua y moléculas en el comienzo de la Tierra, donde había ingredientes en potencia para la vida. Se puede aprender mucho de esta muestra del asteroide”, agregó.
NASA asiste en la educación superior
La NASA ha distribuido muestras de polvo del exterior de la cápsula que hizo llegar las muestras de Bennu a la Tierra y seguirá enviando muestras adicionales en el futuro. Entre las universidades que recibieron las muestras figuran el Colegio Universitario de Boston, la Universidad de Brown, el Instituto Tecnológico de California, Purdue, la Universidad de Rowan y la Universidad de Virginia.
La NASA también enviará muestras a museos y a asociados en Canadá y Japón. Mucho del material de Bennu será preservado para futuras generaciones.
Las distribuciones de la NASA mantienen su prolongado apoyo a la investigación. Cada año la NASA reparte 400 muestras lunares (en inglés) a universidades de Estados Unidos y del extranjero. Harold Connolly Jr., profesor en la Escuela de Tierra y Medio Ambiente de la Universidad de Rowan en Nueva Jersey, dijo que compartir las muestras con investigadores de diferentes entornos es vital para impulsar la ciencia.
“Las misiones de la NASA siempre han estado comprometidas con la capacitación de la próxima generación de científicos”, dijo Connelly, que ayuda a organizar la distribución de las muestras de Bennu.

Un vistazo al pasado distante
Smith dice que los meteoritos contienen granos presolares que pueden darles a los científicos datos sobre la formación de las estrellas, como nuestro Sol. Aunque los meteoritos se hubieran contaminado al llegar a la Tierra, según Smith, las muestras de Bennu fueron recogidas en el espacio, lo que significa que posiblemente han mantenido especímenes preservados de los granos presolares.
Él ya ha estudiado la cápsula exterior de OSIRIS-REx y dijo que las muestras adicionales que llegarán en los meses venideros podrían generar oportunidades más amplias para la investigación.
“Lo que me fascina sobre esto es cómo todo se encadena. Alcanzan mucho más tiempo atrás que estudiar el propio planeta directamente”, indicó Smith.