Construir la conciencia moral y la conciencia ética de la conciencia moral

76

En estos días desarrollando un rol institucional, estuve por algunos municipios de la provincia Barahona, específicamente en los municipios de Las Salinas, Fundación, El Peñón, Cabral, y el propio municipio cabecera de la provincia, (la ciudad de Barahona).

En estos lugares visitaba la Dirección Regional de Educación, Distritos Educativos, escuelas, liceos, y líderes comunitarios en busca de incentivar y entusiasmar a técnicos, docentes y estudiantes para que nos acompañaran en el desarrollo del Conversatorio el Costo de una Patria.

Al llegar al Distrito Educativo del municipio de Barahona y mientras espero que el Director termine una reunión para recibirme, me percato que en la entrada hay un librero con un número determinado de libros con títulos emblemáticos, como el Quijote, Alicia en el País de las Maravillas y otros clásicos, y entre ellos, un libro escrito por el profesor Juan Bosch, titulado “Hostos el Sembrador”.

En el tiempo de espera no vi a nadie que se detuviera a hojear algunos de estos ejemplares, o detenerse a ver los que allí se exhibían. No obstante, a mí me llamó la atención y procedí a examinar los títulos, secuestrando por un momento el del profesor Bosch “Hostos el Sembrador” y mientras leo el prólogo del libro en los escasos minutos que apuntaban a perderse en la espera, me encuentro con una declaración de Bosch que asegura que:

“El hecho más importante de mi vida hasta poco antes de cumplir 29 años fue mi encuentro con Eugenio María De Hostos, que tenía entonces casi 35 años de muerto. El encuentro se debía al azar; pues, buscando trabajo, lo hallé como supervisor del traslado a maquinilla de todos los originales de aquel maestro de excepción… (…) Eugenio María De Hostos, que llevaba 35 años sepultado en la tierra dominicana, apareció vivo ante mí a través de su obra, de sus cartas, de papeles, que iban revelándome día tras día su intimidad; de manera que tuve la fortuna de vivir en la entraña misma de uno de los grandes de América, de ver cómo funcionaba su alma, de conocer –en sus matices más personales- el origen y el desarrollo de sus sentimientos.

Hasta ese momento, yo había vivido con una carga agobiante de deseo de ser útil a mi pueblo y a cualquier pueblo, sobre todo si era Latinoamericano; pero, para ser útil a un pueblo, hay que tener condiciones especiales. ¿Y cómo podía saber yo cuales condiciones eran esas, y como se las formaba uno mismo sino las había traído al mundo, y como las usaba si las había traído?

La repuesta a todas esas preguntas, que a menudo me ahogaban en un mar de angustia, me la dio Eugenio María De Hostos, 35 años después de haber muerto. (…) la lectura de los originales de Eugenio María De Hostos me permitió conocer que fuerza mueven, y como la mueven, el alma de un hombre consagrado al servicio de los demás”

Unos días después reorganizando unos libros que llevan algunos años conmigo, me reencuentro con uno titulado “Cuentos y Valores”, con la explicación “Cuentos de Juan Bosch, para fomentar el desarrollo de la conciencia moral y ética, del editor Ángel R. Villarini Jusino. Después de haberlo leído puedo asegurar así como expresó Bosch de Hostos, yo le tomo la palabra, para expresarlo de él y del libro que ahora leo.

En el proceso de incentivar el fomento de una memoria histórica nacional que valore el Costo de esta Patria legada, y, por la cual esta generación no ha pagado nada, y, quizás, por lo cual, la valora muy poco; me he “topado” con maestros poco críticos, que se limitan muchas de las veces a ser meros guías de la ejecución de un “programa” o de una tarea , sin quitar o poner nada, pues, hacerlo supone un pecado capital o un crimen de lesa humanidad; ya que ,sería tocar algo que no está él autorizado.

En este instante aprovecho para llamar la atención de quien lea lo presente, hacia dos escritos que encontrará “googleando” y que he llamado: a uno, “Maestros en la Resistencia” y al otro “Necesidad de conciencia” y si por casualidad se topa con tercero, escrito en el 2012, que titulé “Maestros y medios los únicos que tienen la potencial capacidad de transformar la sociedad”, y. aún, le quedan ganas y tiempo, haga por favor lo propio.

Volviendo al libro “Cuentos y Valores” cuya introducción le correspondió a Ángel R. Villarini Jusino, nos encontramos en la primera línea como titulo “El desarrollo de la conciencia moral y ética como meta educativa.

Villarini Jusino, reproduce las consideraciones ya transcritas de Bosch, al mismo tiempo que hace una comparación critica entre los pensamientos de Bosch y De Hostos, ambos desde sus respectivos roles en busca de la conformación de la conciencia moral y Ética del pueblo dominicano:

“Los ideales son los motivos de la conciencia moral. El ideal último de Hostos y de Bosch es el desarrollo del ser humano pleno. Pero esa plenitud requiere de una forma de sociedad que la posibilite: la sociedad democrática plena, es decir, no sólo política sino social, económica y cultural” (1*)

“La conciencia es el órgano o la capacidad humana del bien y del mal, es decir, del perfeccionamiento humano porque permite oriental al comportamiento humano por la idea del bien” (2*). De ahí que, la principal finalidad del proceso educativo es la educación de la conciencia.

Eugenio María de Hostos señala que: “Este deber de educar la conciencia individual es, en definitiva, el deber por excelencia. Con efecto: solo favoreciendo con el mayor cuidado y con la mayor docilidad y con la buena fe más pura, esa fuerza que nace de las que juntas tienen la razón, la sensibilidad y la voluntad; sólo desarrollando esa fuerza puede el hombre ser hombre de verdad” (3*)

La conciencia moral es la que organiza el comportamiento y la que puede hacer realidad los ideales y su formación ha de ser la meta de toda auténtica política emancipadora, Se desprende en el párrafo que continua a la anterior cita.

La conciencia es “algo” que se manifiesta como una voz interior que nos percibe y nos habla de lo que observamos, de lo que sentimos, de lo que debemos hacer, y de lo que en efecto hacemos, todo ello de acuerdo a un ideal de cómo debe ser nuestro comportamiento. Cuando ese ideal se refiere a un conjunto de valores, normas, principios etc. de carácter moral, es decir que son criterios para distinguir lo bueno o justo de lo malo o injusto, entonces la conciencia es moral. (*4)

La Conciencia moral implica el percatarnos, percibir tanto cognitiva como efectivamente, que alrededor nuestro hay “otros” con necesidades o padecimientos a los que no somos indiferentes, pues de algún modo nos afectan, preocupan y duelen. La base de la conciencia moral es la sensibilidad moral que nos lleva a identificarnos y sentir con otros; a vivir el dolor ajeno como propio (*5)

El autor también describe la conciencia como un dialogo con uno mismo cuando la vida te presenta una situación en la cual hay que tomar una decisión. Ese dialogo contigo mismo busca convencerte para tomar la mejor decisión, lo que moralmente sea lo más correcto.

La razón, la sensibilidad y la voluntad, engendran y paren la conciencia moral, nos hace entender el autor acudiendo al razonamiento de Hostos. Nos indica que la conciencia moral nace de esas virtudes. Apuntala también que cuando la conciencia moral se debilita en una sociedad se da paso a lo que el filósofo español Fernando Sabater bautiza como “Imbecilidad Moral”, en la que se pierde la capacidad para darnos cuenta, para sentir, para involucrarnos, ante las violaciones de los valores morales que ocurren a nuestro alrededor. No se experimenta en consecuencia el sentido del deber, para deliberar moralmente y para tener una voluntad de acción respecto a ello

Para propósitos educativos podemos concebir la conciencia moral y ética como la capacidad para percibir, juzgar, deliberar y actuar en conformidad con valores morales y éticos y para asumir la tarea del examen y cultivo de dicha capacidad. (*6)

La conciencia moral, se educa desde la actividad política, desde la familia, desde la escuela, desde cualquier institución pública o privada, o desde cualquier oficio o profesión que desarrolle el individuo ya concienciado, que se da cuenta que una “imbecilidad moral” tarde o temprano nos perjudica a todos, sin excluir los que entiende que en un momento dado pudieran beneficiarse de la misma. “A corta o a la larga tendrán que pagar la factura.”

La mujer, El cuchillo, Cundito, Papá Juan (El Abuelo), El Alzado, El Algarrobo, Forzados, La Negación, Dos pesos de agua, Los Amos, En un bohío, Luis Pie, La desgracia y La mancha indeleble, son catorce cuentos que con un propósito y una guía buscar contribuir al proceso de la creación de una conciencia moral en el pueblo dominicano. Y está al alcance de cada maestro.

Al cuestionar dentro de la conciencia moral que está bien y debe continuar y que no está tan bien a pesar de ser aceptado por todos o la mayoría, empezamos a construir la conciencia ética de la conciencia moral, pero esto será tema de otras conversaciones.

Darío Nin

 

(1*) Villarini Jusino Ángel R. Cuentos y Valores. Pág. 19

(2*) Villarini Jusino Ángel R. Cuentos y Valores. Pág. 20

(3*) De Hostos, Eugenio María (1939). Tratado de Moral . Citado por Villarini Jusino.

(4 *) Villarini Jusino Ángel R. Cuentos y Valores. Pág. 26

(5*) Villarini Jusino Ángel R. Cuentos y Valores. Pág. 27

(6*) Villarini Jusino Ángel R. Cuentos y Valores