Casa Abierta reitera solicitud de indulto por simple posesión

161

La política sobre drogas en la República Dominicana ha sido desde el inicio apenas una inamovible expresión del modelo de ¨Guerra contra las drogas”, impulsado por los EEUU. De ahí que el patrón imperante, basado en una anacrónica ley (50 -88), sea el de la persecución indistinta de vendedores y usuarios. En este modelo absurdo las estrategias de prevención y tratamiento son marginales y cargadas sobre los hombros de organizaciones sociales de buena voluntad, pero con muy escasos recursos de todo tipo.

Pero cuando en los EEUU, y en otras partes del mundo, se toman medidas que se apartan de esta mal llamada guerra, que ha devenido en guerra contra las personas, por acá nos hacemos los desentendidos. Es lo que pasó con la decisión de la ONU en el año 2020 para reclasificar el Cannabis, reconociendo que tiene valor terapéutico. El presidente de los EE.UU. Joe Biden, acaba de anunciar que conmutará las penas a personas condenadas por posesión de marihuana, lo mismo hizo el presidente Barack Obama en 2016. Argumenta el presidente Biden que “enviar a la cárcel a gente simplemente por poseer marihuana ha afectado a demasiadas vidas y ha supuesto que haya personas encarceladas por una conducta que es legal en muchos estados”. Agrega el presidente de los EEUU, que “a pesar de que los blancos y los afroamericanos consumen marihuana a un ritmo similar, los afroamericanos han sido arrestados, procesados y condenados de manera desproporcionada".

En nuestro país se puede decir exactamente lo mismo. De forma desmedida muchos jóvenes han sido apresados y procesados por simple posesión, a pesar de que incluso la trasnochada ley 50 -88 reconoce su inocencia. Dice la ley (art. 3): a) “Aficionado es la persona que se inicia en el uso de las drogas, sin llegar al hábito. b) Habituados. Habituado es la persona que abusa regularmente de una o varias drogas sin consecuencias sociales u ocupacionales evidentes”. En nuestro país la distinción no es entre blancos y negros per se. Es entre ricos y pobres, pues son los jóvenes de comunidades empobrecidas los que exclusivamente cumplen condenas por simple posesión.

El presidente Luis Abinader prometió en su plan de gobierno que promovería un amplio diálogo nacional “para fijar posición sobre la actual política de fiscalización internacional y enfoques alternativos”. Es tiempo de empezar a cumplir esta promesa. Señor presidente Luis Abinader: usted es un hombre de estos tiempos. Imite las buenas prácticas de los presidentes Obama y Biden. Aplique en nuestro país este gesto humano y de justicia, que llevaría la tranquilidad a muchas familias que sufren las condenas de alguno de sus hijos. Indulte y entregue a sus familias a las personas procesadas por simple posesión, en su mayoría jóvenes de comunidades pobres, cuyo único delito es ser usuarios de sustancias. Con esta decisión, que venimos plantean do desde 2016, además de hacer justicia para estas personas, lo hace usted con el pensamiento liberal democrático que usted ha demostrado tener.

Juan Raddamés de la Rosa Hidalgo.
Psicólogo.
Director ejecutivo
Asociación Casa Abierta.
Octubre, 2022.

 

SHARE