
“Tenemos que permanecer unidos contra la violencia alimentada por el odio” (en inglés), dijo el presidente Biden el 15 de septiembre al reunir en la Casa Blanca a líderes comunitarios, gubernamentales y religiosos para tender puentes y hacer frente al odio y la división.
La cumbre “United We Stand” (Permanecemos unidos, en inglés) de la Administración Biden-Harris se celebró en el 59 º aniversario del atentado contra la iglesia baptista de la calle 16 de Birmingham (Alabama), en el que fueron muertos cuatro niños y resultaron heridas una docena de personas.
Aquel atentado, que pretendía disuadir a los afroestadounidenses de su lucha por los derechos civiles, indignó al país y, menos de un año después, impulsó la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964.
Desde entonces, varias ciudades de Estados Unidos, como Charlottesville (Virginia), Orlando (Florida), Pittsburgh (Pensilvania), Buffalo (Nueva York) y Atlanta (Georgia) han sufrido violencia a manos de supremacistas blancos e intolerantes que tomaron como objetivo a personas por su fe, color o sexualidad.

La vicepresidenta Kamala Harris dijo en la cumbre (en inglés) que los estadounidenses deben volver a “enfrentar la división con la unidad” para detener la violencia alimentada por el odio. “Hemos visto a nuestros vecinos, a nuestros amigos, a nuestros seres queridos ser atacados simplemente por ser quiénes son o por dónde ofrecen culto”, dijo.
“Hoy debemos volver a unirnos para ayudar a nuestras comunidades a prevenir, responder y recuperarse de los actos de violencia motivados por el odio”, dijo.
Nuevos esfuerzos para fomentar la unidad
En la cumbre, Biden anunció una nueva iniciativa de la Casa Blanca para luchar contra la violencia motivada por el odio que aportará recursos federales y participará con los líderes religiosos y comunitarios, las empresas, las organizaciones sin ánimo de lucro y otros para prevenir la violencia, reducir la división y fomentar la unidad.
“Hay valores fundamentales que deberían unirnos como estadounidenses”, dijo Biden. “Y uno de ellos es permanecer juntos contra el odio, el racismo, la intolerancia y la violencia”.
Los nuevos esfuerzos federales:
- Apoyarán los programas de prevención de la violencia, que incluye 20 millones de dólares en subvenciones del Departamento de Seguridad Nacional.
- Fortalecerán la coordinación entre las fuerzas del orden y las comunidades para aumentar las denuncias de delitos de odio y mejorar la confianza.
- Mejorarán la resiliencia contra los esfuerzos para fomentar la violencia en línea, incluso a través de 69 millones de dólares aportados por la Administración de Telecomunicaciones e Información para esfuerzos de alfabetización digital y capacitación de destrezas de línea.
- Ampliarán el servicio nacional y la participación de voluntarios para unir a las personas en un propósito común.

Los líderes religiosos y empresariales y los defensores que trabajan para reducir el odio y la división en sus comunidades también se comprometieron a tomar las siguientes medidas:
- Un grupo bipartidista de antiguos funcionarios de la Casa Blanca está lanzando la organización “Dignity.us” (Dignidad Estados Unidos) para fomentar el diálogo y encontrar soluciones a la violencia alimentada por el odio.
- El grupo filantrópico “New Pluralists” (nuevos pluralistas) está movilizando 1.000 millones de dólares en inversiones en programas que fomenten la unidad entre estadounidenses de diferentes orígenes.
- Las organizaciones “Interfaith America”, “YMCA”, “Habitat for Humanity” y otros grupos de servicio voluntarios están formando a 10.000 estadounidenses para que establezcan relaciones entre las personas de sus comunidades.
A la cumbre asistieron supervivientes de la violencia motivada por el odio, de diversos orígenes, y Biden elogió su valentía y determinación para afrontar un reto que lleva mucho tiempo asolando al país.
“Mis compatriotas, seguimos en la batalla por el alma de nuestra nación”, dijo Biden. “Al ver a todos ustedes aquí hoy, sé que ganaremos esa batalla”.