BAKLAVA Y MIEL
Caricias contiguas distantes
enuncian las preces de Anatolia.
Fragantes eclécticas especias
clavo, sumak, vainilla y canela
desbordan las cornisas.
Oro, plata, té de manzana,
pipas de agua, almendras y kapuz
¡cánticos de tu linaje!
Índigos horizontes
funden la tierra
del barro y el jade
en baklava y miel;
olores musicales circundan
sabanas nocturnas
en la arista de los días.
Dedos desnudos
sobre marojos y robles
precisan del ósculo que trasciende,
llegar al límite del tacto,
declive azuloso
de nuestras pertenencias.
Cual afable sultán
ataviado de seda en Habiye,
transcribe mis sueños
en acuarelas de líneas rectas
para anegar consigo el sol,
en el cuenco de mis manos.
AMANTES
La añoranza mitiga
la ebriedad de la noche,
atesora la impronta
abolida del deseo
que nos quebranta
y acerca,
hoguera intrínseca
de profanos versos
en la intriga
de las sombras.
La materialidad
de nuestros cuerpos
nos ciñe al instante lunar
balsámico del éter;
anhelos que arden
y se precipitan
evaporando
la musgosa seducción
de poseer la absoluta nada.
Eres polvo en la brisa
de mi ser consciente,
deleite que suscita
esencias melódicas
en los huecos frutales
de epígrafes gastadas.
Leyenda imprecisa y nítida
de anocheceres venideros,
ladrándole a la savia del suspiro.
Desquíciame, sedúceme, condúceme.
Cual consonante que se abisma
en la retórica de la memoria,
dialecto que trastoca y encadena
más allá de las manos.
Exhalación
de la demencia sin cordura
lapida mi nirvana terrenal,
entretanto te pertenezco
bajo el recóndito
vidrio del silencio…
Al rozar la espiga
de tu tiempo.
AIRE LEJANO
Cada destello tiene un aire lejano y severo.
Polvo de brisa que deshace
abnegados prejuicios,
diáfano firmamento
de costas lejanas.
¡Insoldables palabras!
Dulce anhelar que conduce,
nostalgia que mitiga
la ebriedad del momento
lucha impotente
espíritu osado e incandescente.
Cada sonido es espléndida caricia
impulso, vestigio y halo de luz transitoria.
Cada destello tiene un aire lejano y severo.
Comprendo que el instante es materia inexistente.
Calcina cual herida inscrita en la consciencia,
la aflicción se extingue.
Deleite provisorio de interrogaciones y ausencias,
abismos y apariencias;
hasta definir el infierno
paraíso terrestre
que hoy comulgo.
Cada destello tiene un aire lejano y severo.
Aprendo a vivir
en las ramas del ensueño secreto
de la sombra ardiente,
en la línea menguada
en abismal demencia.
Colérico aire del llanto efímero
sacude mis raíces.
Lúbrico murmullo
que del cuerpo nace,
pregonando la oquedad
de pasadas soledades.
Sobre la autora:
- Alicia Minjarez Ramírez es poetisa, traductora, cantante, profesora universitaria, editora, locutora de radio y T.V. Nació en Tijuana Baja California, México. Estudió una maestría en Ciencias Computacionales con especialidad en Inteligencia Artificial en el I.T.E.S.M, México. Maestría en Ciencias de Computacionales en la Universidad de Montpellier II, Francia. Acreedora de varios premios literarios, entre ellos destacan: Galardonada con el premio de literatura Rabindranath Tagore, India 2022. Galardonada con el primer lugar en el concurso de poesía organizado por el Festival Internacional de Poesía en Bulgaria, 2021. Premio Icono Universal de Poesía, por su valiosa contribución en el campo de la poesía a nivel internacional, otorgado por la Fraternidad Universal de Poetas Libres y Lectores de Poesía, Estados Unidos, 2021.