Por Fabio Mendoza Obando
Han transcurrido cuatro años de aquel mes de abril del dos mil dieciocho, cuatro años que durante aquellos días de heroicas y multitudinarias protestas, el pueblo de Nicaragua brindó un ejemplo de fuerza, valentía y convicción democrática y ante todo una decisión inquebrantable de pedir libertad y la salida inmediata del dictador.
Las calles del país se pintaron del color patrio azul y blanco, que mejor que tomar la bandera patria como eje de lucha contra la tiranía. La multitud elevó la voz para decir basta ya, con los símbolos de la patria adornando un nuevo amanecer y las calles se llenaron, las plazas, las rotondas, caminos y trochas, en lo alto de la campiña la bandera bicolor ondeando por todo el territorio nacional en señal de apoyo y protesta, exigiendo un cambio, gritando para que el sistema hiciera un alto porque el País ha ido en retroceso aceleradamente.
Se cumplen cuatro años de la gesta heroica de abril, cuatro años de la valiente rebelión de abril, de la sublevación de todo un pueblo que desafió a la dictadura y a sus estructuras represivas. Cuatro años que Nicaragua fue la atención del mundo por lo que estaba pasando. El binomio dictatorial Ortega- Murillo se tambalea, nunca han tenido tanto miedo como cuando vieron al pueblo decidido en las calles exigiendo que se fueran.
El pueblo de Nicaragua ha venido lidiando por mucho tiempo con sanguinarias dictaduras, y para muestra de ellos por un largo periodo y hasta el presente seguimos luchando para liberarnos de la más cruel de todas las dictaduras que se registran en las páginas de historia patria, la de Ortega – Murillo. Han querido dominar la voluntad de un pueblo y por eso han acudido a todo tipo de actos para sostenerse y eso incluye hasta mandar a asesinar a quienes protestaban en contra de su régimen.
El mes de abril es recordado y lo será siempre con mucha tristeza y dolor por el pueblo de Nicaragua, se registraron los hechos más inhumanos y sangrientos que haya ocurrido en la convulsionada historia nacional, vivimos de luto todos los días, recordamos con esmera devoción a cada uno de los que fueron asesinados por los policías y francotiradores encubiertos y operadores de la dictadura. Ha quedado demostrado que con tal de permanecer en el poder a cualquier costo han sido capaces de cualquier cosa y de asesinar.
La mayoría de los que dieron su vida fueron Jóvenes universitarios, llenos de sueños y amor, anhelaban una Patria diferente sin dictadura, también ofrendaron su vida mujeres, hombres y hasta niños. Hay una lista de más de trescientos asesinados por paramilitares y policías disfrazados de civiles, pero organismos independientes hablan de que son más. Y el grito de justicia y castigo para los culpables se sigue escuchando como el primer día. Tarde o temprano cada uno de los implicados tendrá que pagar por los asesinatos cometidos.
La lucha por la libertad continua, el dictador y sus cómplices tienen las manos manchadas de sangre y la conciencia no los deja en paz. Son miles de personas que están en el exilio, muchos quedaron marcados de por vida por efectos de las balas asesinas, hay muchos en estado vegetal y el dolor permanente de familias que les arrebataron a sus hijos, hay un elemento importante que destacar y de cómo la dictadura ha fragmentado a las familias.
Pero también el mes de abril nos inspira, nos recuerda que la liberación de Nicaragua está en las manos de sus hijos, nos insta a seguir el legado de nuestros héroes, por lo que ellos dieron su vida y nos llena del vigor patriótico para continuar con más ahínco sin desfallecer la lucha por la libertad. Nos duele recordar, no nos hemos quedado de brazos cruzados. La voluntad, la fe y la esperanza pueden más que el más grande de los ejércitos terrenales. Estamos seguros que nunca el mal prevalecerá sobre el bien, ni la injusticia contra la justicia.
A cuatro años de abril honor y recuerdo eterno a nuestros héroes, están presentes, el sueño y anhelo de todos los que las balas de la dictadura han silenciado sus vidas les damos continuidad. Seguimos creyendo en la Nicaragua que queremos y eso lo vamos a lograr hasta estar dispuestos a todo, seguir la lucha y que seamos libres de la oscura dictadura. Está prohibido olvidar. Nicaragua es de los nicaragüenses.
El autor es poeta y escritor nicaragüenses