La poesía del ser de Juan Bautista Paiz Mendoza

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Pedro Alfonso Morales

La poesía de Juan Bautista Paiz Mendoza ha venido en su evolución histórica siguiendo una ruta muy marcada y originada desde la naturaleza hacia el seno del hogar y la familia para despuntar y concretarse en el ser humano como temática esencial de su producción literaria.

Juan Bautista Paiz nació el 5 de noviembre de 1956, en El Terrero, Larreynaga, León.  Se graduó de bibliotecólogo en la Universidad Centroamericana ─UCA─ y es fundador del grupo ESPJO en 1991, junto a Marcia Ondina Mantilla y Alberto Juárez, con quienes publicó poesía en dos antologías: Poesía, UNAN-León, 1997, y Ese viento que canta, UNAN-León, enero, 2009.

Ya antes, había publicado poesía en Antología de los Talleres de Poesía, Ministerio de Cultura en 1985. En 1983 obtuvo el Premio Nacional Joven Leonel Rugama con el cual inicia su poesía, girando en torno al amor a la naturaleza y la vida.

Por ejemplo, en Cuando llega el verano que es poesía de esta época inicial, manifiesta la resequedad del verano y las emigraciones de diversas aves y la aparición de árboles y flores propias del tiempo de las cosechas y las humaredas de su natal Terrero:

Cuando llega el verano

Los alzacuanes pasan hacia el Sur.

Está próximo el verano.

Por las abras de los caminos se empiezan a ver las flores:

jalacates, campanillas, pimpines,

las humandas, la flor amarilla, los madroños.

Comienzan a llegar los pájaros de cola larga.

En la tarde, en los árboles, buscan la dormida,

parecen que son enviados a explorar porque detrás viene el verano.

Al Terrero llegan nubes de palomas molinillas,

invaden huertas

sembrados de trigo, de ajonjolí.

En las turecas que hacen los chavalos caen las palomas.

Los potreros se van poniendo color café.

Todos los árboles van botando las hojas

Los remolinos por todos lados.

Llegó el verano.

A principios de 1986 conocí a Juan Bautista Paiz Mendoza en la Casa de Cultura «Antenor Sandino Hernández», realizando encuentros literarios con quienes aspirábamos conocer de poesía. Apenas fue un encuentro entre Juan, otro joven y yo, y leímos poesía una tarde de sábado.

Después tuvimos algunos encuentros en sus programas de radio los domingos hasta que, en 1991, el mismo año en que terminaba mis estudios de Lengua y Literatura, formé parte del grupo literario ESPJO como una pequeña escuela funcionando en la Biblioteca Municipal.

En efecto, en 1997, ESPJO, publicó su primera antología literaria con cuatro autores: Marcia Ondina Mantilla, Alberto Juárez, Juan Bautista Paiz y Michelle Mimmo. En esta poesía, aunque Juan Bautista, expresa su sentimiento a la naturaleza de las cosas, tiende la mirada a sí mismo.

En su poema Numen parece que se interroga con fines literarios y le habla a la poesía:

Numen 

Aunque no te puedo asir

te leo

me lleno de imágenes

y soy abstraído

por la telepatía

de algún espíritu

que me impulsa

a escribir

y a veces censura.

Esta posición me protege

y experimentó el significado

de los sueños.

Tu poder es arte de secretos

que me trasmite la esencia

y se desparrama

la inspiración en la mística.

            En enero de 2009, el grupo literario ESPJO, publicó su segunda antología, donde Juan Bautista Paiz, presenta 18 textos poéticos, dentro de los cuales se destaca uno titulado A propósito de mi tierra El Terrero a través del cual vuelve los ojos a su hogar, la familia y la tierra natal y su sequedad.

Sobre este aspecto de Juan Bautista Paiz, Jorge Shem Cham, escribe: «esta apropiación de lo telúrico funciona como un desencadenante de las “vivencias” del yo lírico, de manera que la técnica contrapuntística sirve para crear una interesante topofilia…».

Ese amor a la tierra natal o relación topofílica de un lugar llamado Terrero, donde se guarda el ombligo y el origen de la vida, cuya sequedad la resienten las aves y los árboles, a pesar de la soledad y el fuego del verano como una antigua Comala del poeta, surge la vida con el trabajo.

A propósito de mi tierra mi tierra El Terrero

En abril

quemábamos los rastrojos

y disponíamos del suelo para sembrar

los terrones se desbarataban

en mis talones.

Cuando el maíz estaba de aporque

guiaba los bueyes a mi papá

la punta del arado

se embagazaba

la limpiaba con la vara del chuzo.

Usaba caites totopostes de lodo.

Las tardes terrereñas

enfiestadas con cenzontles

Chichiltotes

Guacatoldas

y Saltapiñuelas.

Los días y noches

no me interesaban.

 

En diciembre de 2021 vio la luz Poemas para ser leídos en el libro de los muertos el cual contiene en 106 páginas las palabras del autor y el prólogo de Marcia Ondina Mantilla y 6 secciones a saber: Signos (6 poemas), Canto en honor (21), Poemas para ser leídos en el libro de los muertos (14), Desequilibrados (8), Las uñas del tiempo (10) y Puntos esenciales (13) para sumar 75 textos.

En este libro Juan Bautista Paiz se muestra más reflexivo y centra su atención en el ser humano y sus diversas manifestaciones como sus aspiraciones, sus sueños, sus labores, sus fatalidades, sus desequilibrios, sus demencias, es decir, la vida existencial del ser, del hombre y la mujer.

En el poema inicial, titulado Inconsciencia, precisa esas faltas precarias del ser:

Inconsciencia 

Sendas desorientadas

huyen en puntillas del crimen.

Animales fantásticos

domestican a los humanos

cobran injusticias de la vida pasada.

Criaturas inocentes estropeadas

en la inconsciencia.

Lamentos humanos

lacerados con tajona invisible.

Sangran

donde nada pesa

donde nadie habita.

            El tránsito del tiempo y la ruina que provoca la existencia por el transcurrir de la vida es otro aspecto interesante que Juan Bautista Paiz aborda en su poema Sombra de la vida. Quizás lo más triste para el ser sea no dejar una huella que lo recuerde para bien o para mal de su existencia.

Hallar «huellas de nadie en el agua» o «El designio escribe su biografía en sus arrugas» es señal de que el tiempo ya no regresa y se ha ido como una sombra de la vida que es el tiempo. Así lo expresa con cierto pesar de que el anciano no pueda sostenerse por sí mismo.

Sombra de la vida

Huellas de nadie en el agua

la sombra del tiempo.

El riachuelo del ayer

no regresa

en las plantas del anciano.

No puede sostener

el pesado dintel de sus años.

El designio escribe su biografía

en sus arrugas.

El tiempo se esfuma

en la sombra de la vida.

            La obra de Juan Bautista Paiz también es reconocimiento, mérito y labor de los seres humanos para alcanzar sus sueños y luchas. En la vida no todo es malo: la vida es esa conjugación de vicisitudes, desesperanzas, sueños y trabajo arduo con disciplina que cambia la vida de las personas.

En el poema Canto obrero, Juan Bautista Paiz, reconoce la labor de la humanidad para la vida:

Canto obrero

Sixto, el panadero,

de músculos fuertes.

Con harina amasa el arte.

Con sus brazos abraza el horno.

De dónde sale el olor a pan

olor a vida

olor a trigo.

Róger, el mecánico,

¿cuántos vehículos ha innovado?

No tiene carro.

En las noches

su mujer lo manda a ducharse para hacer el amor.

Dónde brota olor aceite

olor a dióxido

olor a grasa.

Pablo, el taxista,

conoce las calles, las direcciones

secretas de sus clientes.

Sueña con su propio taxi.

Dolor en la columna

ardor en la uretra

dolor de lumbago.

Pedro, el matarife,

destaza pelibuey, res y cerdo.

Fanático de San Jerónimo, lo baila todpos los años.

No mata una abeja.

Dice: «A la mujer no se le toca ni con la hoja de un árbol».

Olor a sangre, olor a santo, olor a carne.

Por último, la tercera sección del libro cierra con el poema titulado Poema para ser leído en el libro de los muertos que da título a la sección y al libro y cuyo aludido texto es uno de los mejores de la obra de Juan Bautista Paiz Mendoza.

El título del poema y del libro resulta muy llamativo, porque nos sugiere que esta poesía se lea en libro de los muertos. ¿Por qué en el libro de los muertos y no en el de los vivos? La respuesta es muy existencial si consideramos que este poema tiene como centro el sentido y el tránsito de la vida.

El sentido de la vida es un concepto filosófico y religioso de la existencia, la conciencia, la búsqueda y la felicidad que influye en otros aspectos de la vida como la simbólico, la ontología, el valor, el propósito, la ética, el bien y el mal, el libre albedrío, las concepciones, la libertad, el ser…

«La vida es un instinto de desarrollo, de supervivencia, de acumulación de fuerzas, de poder», según Nietzsche, donde dicho poderío no solo se refiere al que se tiene sobre los demás, sino al poder sobre uno mismo, cuyo imperio es imprescindible para el desarrollo de la creatividad.

El texto Poema para ser leído en el libro de los muertos casi como un juego de niños nos delata el fluir de la vida y el tránsito imperceptible de las cosas. La niña enciende cerillos y juega con muñecos de papel. Corre a la orilla de la adolescencia y traspasa su ser de niña a púber.

Maniobra sus falanges; cuelga las hojas del libro. Ella tiene miedo de que sus años no basten para vivir y amar su presente, porque la vida es tan breve y rápida que no sabremos que lo vivido hoy ya mañana estará muerto, incluso, que ya estemos hablando desde los muertos.

Poema para ser leído en el libro de los muertos 

La niña juega con cerillos encendidos

y muñecos de papel.

Lleva el océano en sus ojos.

Corre sin nombre a orillas

de la adolescencia.

Traspasa el papel cebolla de la existencia

de niña a púber.

Maniobra con sus falanges sombras de mimos.

Cuelga hojas hambrientas del libro.

Miedo que se desprendan las páginas

convertidas en

poema para ser leído en el libro de los muertos.

En fin, Poemas para ser leído en el libro de los muertos, de Juan Bautista Paiz, no solo es un libro de poemas que asienta la poesía y la trayectoria del poeta en su evolución histórica, de la naturaleza al fuego del hogar y a la tierra natal hasta llegar al máximo de las humanidades del ser.

Este libro de poemas de Juan Bautista Paiz nos invita a reflexionar en la poesía, la vida y su tránsito por la brevedad de las cosas, la filosofía del ser, la esperanza, la libertad de los seres para ser mejores personas ahora que tanta falta hace la solidaridad entre los seres humanos.

Telica, León, Nicaragua, 16-17 de marzo de 2022.

 

Sobre el autor

Pedro Alfonso Morales Ruiz (Telica, León, Nicaragua, 13 de mayo de 1960) es poeta, escritor, músico y profesor con licenciatura Lengua y Literatura y una maestría en Lengua y Literatura Hispánicas por la UNAN-León y Alcalá de Henares, España, y con una especialidad en Literatura para Niños y una licenciatura en Derecho.

Ha publicado 2 novelas, 12 libros de cuentos, 8 libros de poesía, 5 libros de textos desde 2005, 5 caligrafías desde 2017, 5 libros de ensayos y 1 antología.

 

En los siguientes enlaces conocerás más de su trayectoria literaria:

Literatura, música y docencia de Pedro Alfonso Morales: https://www.acicnicaragua.org/wp-content/uploads/2020/11/Memoria-Pedro-Alfonso-Morales.pdf

https://panamapoetico.com/pedroalfonsomorales/

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