Contra todos los pronósticos Chile saca la cara en una América Latina donde el tira y encoge en la política es cada vez más decepcionante, donde la izquierda trata de expandir sus demostraciones de miseria, hambre y desesperanza. Las recientes elecciones en el país del Sur indicaban que la extrema izquierda ganaría, un primer lugar, sin embargo, todo se derrumbó. Esos chilenos que votaron abruptamente por un cambio de constitución y le dieron esperanzas a una izquierda radical de llegar fácil al poder, fueron los mismos que prefirieron el discurso del abanderado de la extrema derecha, que hablaba de orden, respeto, estabilidad.
Un Chile que después del estallido social de octubre del 2019 parecía caminar de a poco al abismo. Si bien, los resultados que dieron en primer lugar a José Antonio Kast y segundo a Gabriel Boric están separados por pocos puntos no deja de ser llamativo que los chilenos respondieran de forma favorable por una extrema derecha. Sin dejar de analizar el pésimo gobierno del actual presidente, Sebastián Piñera.
El 19 de diciembre de nuevo los chilenos van a la segunda vuelta, donde definirán cuál es el camino que quieren seguir. Chile es el país de Latinoamérica que sigue sacando la cara, cuando encontramos, por ejemplo, que la reciente encuesta realizada por la consultora internacional Ipsos en 28 países, el 80 % de los chilenos declaró que el libre comercio es beneficioso para el país y un 70% de los encuestados también afirmó que como país tienen una responsabilidad de ser líderes morales. Por estos resultados es que podemos mirar al hermano país con ojos de orgullo y pensar que no puede existir espacios para convertirlo en uno como Venezuela, Cuba, Nicaragua o sin ir muy lejos, como sus vecinos argentinos que siguen bailando el tango de izquierda a derecha y viceversa.
No puede existir espacios para declaraciones como las entregadas antes de la primera vuelta en Chile de Sebastián Depolo, seguidor de la izquierda chilena que dijo: “Es cierto que nosotros vamos a meterle inestabilidad al país porque vamos a hacer transformaciones importantes”. En qué cabeza puede entrar el pensamiento de que con la destrucción vendrán cambios.
El Chile sorpresivo no solo fue para sacar ventaja al candidato presidencial, lo más sorpresivo es que la derecha chilena gana terreno en el Parlamento y con ello, los inflados de la redacción por la nueva constitución (mayoría de izquierda) tendrán que empezar a bajar rayitas a sus tonos altaneros y pensar en una constituyente que beneficie a los chilenos y no aquella que imponga la visión trasnochada de la izquierda.
Todos aquellos que pensamos en una América Latina de crecimiento social, económico no podemos mirar al desgastado discurso de la izquierda latinoamericana, donde lo único que han demostrado es sembrar la miseria, el hambre, la migración de sus pueblos. Ojalá, Chile, siga sacando la cara por el continente.
Es nuestro último artículo del año, de allí, nuestro deseo por un 2022 lleno de esperanza para América Latina y unas navidades donde reine la paz.
Milagro Portillo
Consultora Internacional