Cinco minutos de luz

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DIVINIDAD.

Mirándote desde mi lugar, más allá de donde estás.

Por: Lucy Angélica García.

Te he buscado en tantas horas de agonía, necesitando que estés aquí, fluyendo como un torrente, en mi Yo esencial, y reinicio mi travesía, reconociendo que estoy en unidad con el poder que me creó.

Y sé que estás aquí trayendo la ternura a mi corazón, ya sin barreras, ni muros, saliendo en cálidas palabras por mi voz.

Solo tu presencia puede hacer el milagro de cambiar el espíritu,
y conectarme con la divinidad.

Ahí donde habitas como mi Dios interno, llevándome descalza por los senderos de tus misterios.

Es entonces cuando anhelo expandir mi conciencia como destellos, después de tantas sombras y desvelos.

Un día salté los muros de la ignominia y fui al encuentro de mi libertad, recogiendo a tientas aquellos pedazos de mi ser, para volver a aprender a amarme; y me amo a mi misma y atraigo a mi vida seres que me aman, y agradezco a la Luz por aquella vivencia humana, en busca de la perfección.

Miro dentro de mí y reconozco el amor y el poder que proviene de la fuente infinita de luz, y aquella energía que me ha creado abre
espacios dentro de mi.

Y esto me hace sentir aquella paz y la seguridad de saber que lo que sea que esté pasando por fuera, desde muy dentro mío tiene solución.

Ahora creo posible todo, basta con ir un poco más allá de donde miras. Basta con los latidos del corazón, escuchar.

Y así, aunque sea ausente, besar el alma sin juzgar.

La autora es docente, escritora y columnista internacional.

 

 

 

 

 

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