El maestro es esencial

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Por Francisco Luciano

Es una discusión que se mantiene entre docentes, psicólogos, pedagogos y en la comunidad educativa en sentido general y en función de la realidad de cada uno, se presentaran ventajas y desventajas de una y otra.

Lo cierto es que la educación no es presencial, ni virtual, pues tanto la presencialidad como la virtualidad son medios o vías por las cuales el proceso de educar se hace efectivo. En tal sentido la discusión debiera ser ¿Cuál vía es más efectiva para alcanzar el objetivo de educar?, y dentro de ese marco caben todas las argumentaciones y contra argumentaciones de los defensores de uno y otro medio para servirla.

Existen diferentes definiciones para el fenómeno social de la educación, ofreciendo el Diccionario Español, las siguientes:

a) “Formación destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenecen”.

a) “Transmisión de conocimientos a una persona para que esta adquiera una determinada formación”.

La educación se sirve de diferentes maneras y por distintas vías, siendo en esencia un fenómeno social que busca en primer lugar transferir conocimientos de una persona a otra (Del docente al discente) con la finalidad de preparar a este último para la vida.

El medio empleado para llevar a cabo el proceso educativo será o no efectivo dependiendo de las capacidades del docente para explicarse y motivar al alumno, del interés del propio alumno y de los conocimientos básicos que este posea previamente para estar en capacidad de interiorizar los nuevos conocimientos; en el contexto ambiental, las condiciones del entorno harán más[FL1] o menos propicio desarrollar el proceso educativo produciendo aprendizaje al socializar los contenidos.

Servir la docencia de manera presencial es la manera tradicional en que siempre lo hemos hecho, lo que no quiere decir que no existan otras maneras de realizar el proceso de manera que resulte eficiente. De hecho, en los años 70 cuando no existía el internet, ya teníamos educación a distancia y muchos aprendimos cursos técnicos con la educación por correspondencia en la Hemphill Schools, y otros tantos, luego de alfabetizados completaron los estudios primarios, a distancia, por Radio Santa María.,

Con el desarrollo de la internet se ha colocado en línea, prácticamente toda la información disponible, poniéndola al alcance de todos los que tienen acceso a un dispositivo conectado, se ha revolucionado la manera de comunicar e informar, impactando en la casi totalidad de las actividades, de la cual la educación no escapa por ser la actividad humana más relevante para la garantizar la convivencia armónica en sociedad.

La presencialidad con el acercamiento físico garantiza el desarrollo de afectos, captar la comunicación gestual y corporal que se pierden o no se cultivan del todo en la virtualidad, aunque esta requiere una mayor inversión de tiempo para realizar los traslados hacia y desde los planteles y edificaciones de confluencias.

La virtualidad si bien es cierto que garantiza que la Universidad y la Escuela llegue hasta la casa de alumnos y maestros, economizando el tiempo de los traslados, hacia y desde los lugares donde se realiza, corre el riesgo de ser interrumpida por fallas en la conectividad o en el aparato receptor.

Igual se interrumpe en la presencialidad cuando los aguaceros provocan crecidas de ríos y cañadas, se daña el medio de transporte o cuando se interrumpe el tránsito.

De manera que las ventajas y desventajas que puedan atribuirse, tanto a los canales virtuales como presenciales, para hacer llegar los contenidos y conocimientos que a la educación competen, va a depender de la realidad de la sociedad, en función del acceso a los planteles en el caso presencial o de la conectividad en el campo virtual.

De lo que estamos absolutamente seguros es que el aprendizaje como misión básica de la educación, solo se produce en el cerebro de las personas, sin importar que la manera de hacerlo llegar sea virtual, presencial o combinada, y que, con cualquier medio, el papel del maestro es esencial para que se produzca el proceso enseñanza aprendizaje con la calidad necesaria.

El autor es docente de la Facultad de Ciencias de la Educación

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