Ser libre exige valor

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Fabio Mendoza Obando

Sin libertad  ya nadie es dueño de sí mismo, ya no es él, ella, ellos ya no somos nosotros que decidimos, nos están tiranizando y quieren que no  opongamos resistencia  para convertirnos irremediablemente en individuos sumisos. Estamos maniatados, han puesto un detonante silenciador de metal en nuestra  voz. Se están yendo las posibilidades de soñar en grande, ya no actuamos por voluntad propia, ya no podemos elegir, porque no somos libres, la  opinión  de todos es denegada, no conviene ser escuchada. Ya no pensamos por nuestra  cuenta, la dictadura  lo quiere hacer por todos y llevarnos al manicomio de sus pretensiones.

Un pueblo sin libertad habita días  sombríos, se enturbia el mañana, se desvanece la esperanza, delira el futuro revoloteando en desespero sabiendo que  otros  toman la palabra  y hacen manejos antojosos sin derecho sobre los ciudadanos.  Se ha despotricado en enfurecida  tempestad el sonoro   silenciador a la protesta de la multitud que reclama  libertad, quiere ser libre, están  cortando  los pasos de los sueños para un porvenir mejor. Una nación doblegada  a los dictados erróneos de un tirano solo para conquistar  poder, está destinada al precipio del retroceso.

La  libertad es imprescindible para un país, es un estilo  de vida para progresar. La ausencia de libertad genera   odiada, ultraje, encarcelamiento y retroceso  en una sociedad. Pero también la libertad es  mayormente amada y anhelada por los corazones patrióticos, utópica facultad negada y restringida tantas veces.  El miedo, la ignorancia y el conformismo y ese permanente temor de ser castigado o censurado es un azote impuesto  por  dos tiranos, que  se  avizoran en altivo dominio y quieren hacerse  dueños de lo que no les pertenece, mientras  la multitud se asoma en reclamo  de libertad.

Y ahora todo se muestra incierto, sin salida alguna, caminando sin atino y dirección, sin brújula, en enceguecidos pasos, por donde se mueven los de corto  espíritu. Sin embargo se escuchan evocaciones de detonantes auxilios, dignos y valientes llamados de esta rebeldía por ser libres, y la Patria está cansada, afligida emancipando ya no ser presa del desconsuelo ni la incertidumbre. Un  pueblo que se ha negado en todo tiempo a inclinarse a los exabruptos del tirano. Porque a como dijo Epicteto: ´´ Un hombre no puede ser dueño de otro hombre´´.

Pero esta Patria de lagos y volcanes de arraigada osadía en la lucha por la libertad, seguirá encendiendo  con denuedo la hoguera de la esperanza, sembrando ese amor genuino en los cimientos de la Patria.  Este pueblo cree y tiene fe, sabe que la libertad es decir  sí o no, digan lo que digan los adversos, lo que  gusta o no, lo que  conviene y lo que se quiere, es eso la libertad el dominio absoluto del mismo ser. No puede un pueblo mirar el mañana con esperanza cuando su sueño de ser libre se lo impiden, es colocar un pesado  yugo a sus aspiraciones.

La libertad por mucho que se le niegue como derecho legítimo a un pueblo, al final rompe los estanques  de la opresión  y ya no se es más presa  de las ambiciones del  dictador. Los ideales libertarios de este pueblo corren por las venas dando voces de alerta de que un mañana en libertad es posible, que puede surcar la esperanza por el horizonte de la patria, que un sol de justicia puede iluminar la momentánea tristeza de la geografía, que se puede disfrutar como una nación bien gobernada, porque las personas libres piensan muy bien lo que hacen antes de decidir a actuar.

Hoy la esperanza la puede estar cubriendo una manto oscuro en los cuatro puntos cardinales de la Patria, puede una nube gris estar haciendo mella los anhelos de un mañana promisorio, puede que los ánimos y las fuerzas hayan decaído, puede ser que el dictador celebre que ha ganado un punto a su favor a pesar de las  maniobras y hasta a costa de sangre para seguir en el poder. El tirano ha construido su estadía  sobre la base de arena y polvo movedizo. Los vientos de libertad son más fuertes y el derrumbe de esa edificación pronto se dará  e irremediablemente se hundirá en el abismo del destierro. Nicaragua es de los nicaragüenses.

El autor es Poeta y escritor nicaragüense

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