La famosa foto de Alabad

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Por Francisco Luciano

No por viejo deja de resultar interesante el cuento de La famosa foto de Alabad. Y a diario parece que la trama se repite con más frecuencia en esta sociedad donde usando noticias falsas se busca confundir a incautos.

He aquí el cuento de manera brevísima. En la comunidad de Alabad un dignatario poseía un gran dote con trecientos acres, decenas de caballos pura raza, un castillo de buen tamaño y muy bien acorazado, donde vivían sus hijos, un par de sobrinos y varios de sus servidores. Alabad está muy apartado de la metrópolis donde residía el propietario del castillo.

Acontece que un habilidoso mercader, solicito reunirse con el dignatario bajo el pretexto de presentarle un proyecto que podría, según el Mercader, interesarle dado sus propósitos altruistas. Una vez reunidos, el mercader, que se había hecho acompañar de un fotógrafo, pido al Dignatario concederle una foto que guardaría como recuerdo de tan distinguida ocasión. En un gesto de cortesía, como lo había sido recibirle, el Dignatario aceptó de buenas ganas.

Días después el mercader se presentó ante los hijos del Dignatario a los cuales dijo había comprado el castillo, por lo que se instalaría en el mismo, pero que ellos eran libres de quedarse como sus invitados. Como prueba le enseño la fotografía que antes se había tomado junto al Dignatario dueño de la propiedad. Los hijos no dudaron y le permitieron instalarse, más uno de los sobrinos se trasladó a la metrópolis y al Dignatario comentó:

– ¿Es por cuanto has vendido el castillo de Alabad?

-No lo he vendido. Respondió el Dignatario. ¿Quién os ha dicho les semejante cosa?

-El mercader, y como prueba nos ha mostrado una fotografía en la que voz estáis junto a él.

-Ha resultado listo el Mercader. Razono el Dignatario en voz alta. Pero vosotros sois unos bobos.

– ¿Pero por qué nos dices bobos? Él nos ha dicho que tú le cediste el castillo y nos mostró la foto.

-Te pueda preguntar algo?

-Claro.

– ¿Alguna vez he tomado alguna decisión importante sin haber hablado con vosotros primero?

-Jamás.

-La próxima vez que alguien les reclame algo, usando como base una foto junto, pídanle las escrituras y si las tiene, vienen a verme como has hecho ahora, no vaya a ser que haya falseado mi firma.

El autor es docente de la Facultad de Ciencias de la Educación.

 

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