Al parecer los seres humanos poco a poco vamos perdiendo precisamente eso: ¡nuestra humanidad! Vamos pasando por alto la responsabilidad de enseñar
y transmitir a nuestra descendencia y por ende a la sociedad, el valor del respeto hacia la vida, la tierra y a los demás seres que habitan el planeta. Lenta pero inexorablemente nos hacemos insensibles e injustos, egoístas y faltos de equidad, seres sin corazón, que incluso maltratan, abandonan o destruyen a sus hijos. Por ello es prioritario e indispensable hacer un análisis introspectivo a conciencia, para modificar esta actitud que nos conduce inexorablemente a nuestra propia extinción.
Humano sin corazón que destruyes la vida y el entorno, que maltratas o masacras
a animales inocentes y nobles sin importarte su sufrimiento, ¡reacciona ya, no eres el rey del universo!
Eres efímero y frágil, tu vida pasa rauda como el viento, es importante dejar huella… pero una huella justa, noble, que engrandezca tu alma, y haga eco en la humanidad.
Autoría: Rossi Er
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