Las tres causales, desde el punto de vista de un feto

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Por: Sandra Fernández

Este ensayo trata sobre un tema muy controversial desde cualquier óptica que se mire.

Algunos juristas entienden que el hecho de que la constitución determina que el derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte, no podrá establecerse, pronunciarse ni aplicarse, en ningún caso la pena de muerte, por lo tanto según ellos, hablar de las tres causales en nuestros país es una pérdida de tiempo, sin embargo, aunque éste es un principio constitucional con el que estamos de acuerdo, y el cual no está en discusión, pues la constitución lo establece claramente, y es parte de nuestra organización política que no exista la pena de muerte como castigo a delito alguno, pero se les olvida a los que así piensan que existen los llamados conflictos entre derechos fundamentales, y que de acuerdo a muchos de estos mismos juristas, ya no se puede decir que los derechos fundamentales tengan un carácter totalmente absoluto, sino que los mismos en aras de resolver los conflictos de intereses tienen ciertos límites, y que la constitución esta llamada a establecer las normas y principios de manera general y que son las leyes las que deben regular los asuntos particulares, ya que las leyes encuentran su fundamento y validez en los conflictos nuevos que se generan y que necesitan mediante una producción jurídica una respuesta a casos particulares, pero más aún a la mujer que se obliga a tener a un hijo a costa de su propia vida, entonces también se le estaría aplicando la pena de muerte, y la inconstitucionalidad que se alega para no acoger las tres causales se le estaría aplicando a ella.

En todo conflicto de interés o decisión que se deba tomar en un caso como ese, se debe tomar la decisión más lógica posible, y como dice una amiga escritora: “La vida intrauterina no es una persona. Nos hacemos entes cuando hacemos contacto con lo social, al desarrollar una personalidad, forjar un carácter, y tener emociones, las personas son seres integrales donde se conjuga alma, mente y cuerpo”. Y las leyes y constituciones se hacen para garantizar los derechos de sus ciudadanos. En ese sentido el feto no es persona, no es un ciudadano, no tiene emociones, no es consciente de su existencia, la mujer sí.

Sin embargo, independientemente de lo jurídico, hemos querido partir de la hipótesis de una pregunta hecha muchas veces por los llamados “Provida”: ¡¡ Que pensarías tú, si te hubieran abortado o si tu fueras el feto? Entonces hemos querido hablar aquí sobre lo que pensamos que podrían ser las respuestas de un feto a dicha pregunta, pero desde nuestra propia perspectiva porque sería imposible saber que puede pensar un feto, o mejor dicho sabemos perfectamente que el feto (así como suena feto, porque para ser un niño tendría que haber nacido), no tendría nada que pensar, pues si no nació tampoco podría pensar, todo esto visto desde la racionalidad y no desde el sentimentalismo propio de este tema.

Los conflictos colectivos siempre nos atormentan a todos, por lo tanto, como seres pensantes debemos buscar respuestas a preguntas que no parecen tenerla, pero que debemos encontrar dentro de cada uno de nosotros. Podemos usar como receptáculo del alma de un feto, nuestros pensamientos, en verdad no creemos tener respuesta verídica a esta pregunta frecuente, que se utiliza como justificación a dejar morir a una madre cuando la vida de esta peligra, y se pone por encima la vida del feto, poniendo de manifiesto estas tres causales, los próvidas alegan que el feto debe vivir aun por encima de la vida de la madre, porque el feto es una vida independiente de la vida de la madre, por lo cual ella no tiene derecho a decidir si vive o muere, cosa con la que particularmente no estamos de acuerdo, pues desde una forma idealista de ver las cosas, se podría entender ese punto de vista, pero desde el punto de vista real y racional, se puede comprobar que esto no es cierto, un feto jamás podría vivir independientemente de la vida de la madre, a menos que dicha madre sea sustituida por incubadora, y dependiendo del tiempo de dicho feto, podría ser que funcione o no, y mientras estos ultraconservadores dicen que la madre no puede decidir si el feto muere o no, ellos si pueden decidir si ella vive o no, la doble moral siempre se pone de manifiesto; pero lo cierto es que la vida del feto, hasta que nazca depende totalmente de la vida de la madre, con lo que se comprueba que dicha vida independiente en realidad no existe, pues si la madre muere, moriría también su embarazo.

Siguiendo con la pregunta que da origen a este texto ¿Qué pensarías tú, si fueras el feto¡? La respuesta del feto a mi entender seria la siguiente, dependiendo de la causal que estaría de manifiesto en cada caso: Primera respuesta del feto: Por salvar la vida de mi madre estoy dispuesto a sacrificar la mía, pues a mí nadie me extrañará, aun no he nacido, por lo tanto, esa vida no me hace falta, quizás mi madre tenga más hijos a quien cuidar, un esposo, unos padres, una familia y amigos que ya la conocen y sufrirán con su muerte, por lo tanto, yo dejaría vivir a mi madre, yo no soy consciente aún de mi existencia, no quiero mi vida a costa de la suya.

Segunda respuesta del feto: Por otro lado, si viniera a nacer con serias deformidades, que hiciera imposible mi vida útil, que sería para siempre una carga para mis padres y la sociedad, si mi vida al nacer fuera tan triste que nunca pudiera saber siquiera que he nacido, entonces para que nacer, para que nacer a una vida, que desde que nazca me esperara con sufrimientos, para mí y para todos los que me rodean, para que nacer, sabiendo que solo seré como un vegetal. Tercera respuesta del feto: para que quisiese nacer, sabiendo que no he sido un hijo esperado, ni amado, cómo sería feliz sabiendo que soy el fruto de una violación o incesto, como podría crecer sintiendo el desprecio de todos, como nacer sabiendo que soy la causa del aumento en proporción desmedida de las lágrimas de mi madre, quizás una niña inocente y que tampoco pidió quedar embarazada.

La vida es algo muy complejo, como complejo es hacerle ver a los demás las razones que nos pueden llevar a estar de acuerdo o no con estas tres causales, solo tratamos aquí de dar motivos razonables para elegir siempre la vida de la madre en estas tres causales, que no pueden ser consideradas igual que un aborto puro y simple, que se toma a la ligera solo porque sí, sin ningún motivo, las tres causales son necesidades que deben ser vista no como un pretexto, no como un asunto politizado, o religioso, o como un debate donde dos individuos están más preocupados, por su imagen que por el tema del mismo debate, sino que debemos ponernos cada uno en los zapatos de las personas que se enfrentan a esta terrible decisión, solo cuando podamos ver sin ningún tipo de miopía, porque nos toque vivirlo en carne propia, entonces quizás, podríamos entender, analizar y comprender cada decisión, con la mayor iluminación posible, pues es muy fácil llamar asesinos, o asesinas a los que con dolor del alma tenemos que elegir a la mujer antes que al feto, pues se es menos asesino, si se mata a quien no tiene conciencia de que existe, que el matar a alguien que si es consciente de su vida, es la crudeza de una dura realidad.

Es por esto, por lo que los llamados “provida “antes de correr a preguntarle a los demás ¡Que harían si fuera a ustedes a quienes se les aborta?, pregúntense ¿Qué haría usted si su esposa, es la que esta entre la vida y la muerte y le piden a usted que elija, entre su esposa o su hijo por nacer, un feto de pocos meses, el cual quizás no esta aun formado del todo¡? ¿Elegiría usted a su hijo a sabiendas de que en casa les esperan tres hijos más, niños aún pequeños, que necesitan del cuidado y protección de su madre¡? ¡Estaría usted dispuesto a que su niña menor de edad tenga un hijo de un violador, de alguien a quien ni ella, ni usted, conocen, de alguien a quien ella no ama! Que una niña tenga otro niño al cual no esta en condiciones de cuidar, dejaría usted que su hija tenga un hijo de un incesto, que dé a luz un hijo de su abuelo, o sea el padre de usted¡? Y así podríamos seguir haciendo una lista interminable de preguntas que, para poder ser contestadas realmente con la verdad, sin hipocresía y sin querer aparentar en público, lo que seguramente no harían en privado, sin sentimentalismos, poniéndonos realmente en los zapatos del que esté pasando por esa situación.

En conclusión mis queridos lectores, no les pido que apoyen el aborto, como muchos quieren de mala fe decir que es lo que desean los que apoyamos las tres causales, les pido que miren muy dentro de ustedes, que sean realmente sinceros con ustedes mismos y díganme cual de ustedes estará dispuesto a dejar morir a su hija, a su esposa, a su madre, hermana, sobrina, nieta o a cualquier mujer, en beneficio de un feto, que aún no conocen, no se puede amar más a lo que no se conoce que a lo que ya conocemos, pero sobre todo, hágase la siguiente pregunta: ¿Si se acogen las tres causales, habría una sola persona a la que se le obligue a abortar¡? La respuesta contundente sería ¡NO¡¡Entonces? porque decidir por otro algo, que solo a esa persona le concierne, y por favor no me vengan con convencionalismo religiosos, pues el que pertenece a una religión cualquiera que sea, se regirá por los principios de su religión independientemente de lo que se haya legislado, ¡además solo Dios debe juzgar al que se haya equivocado en su decisión! En este pequeño ensayo no abogamos por el aborto, abogamos porque cada mujer pueda elegir libremente si quiere tener a su hijo aún a costa de su propia vida o no, si desea tener a su hijo, aunque sea fruto de una violación o incesto, o aún a sabiendas de que al nacer será inviable. El ser humano tiene derecho a decidir y a proteger su propia vida, es un derecho que hasta Dios lo ha protegido, por eso nos dio el libre albedrío. Por otro lado debo decir aquí que yo no tengo hijas, y que ya no estoy en edad de parir, pero pienso en mis sobrinas, en mis futuras nietas, en las hijas de mis amigas, en todas las mujeres, ellas y solo ellas tienen el derecho de elegir morir por sus hijos.

Autora: Abogada Reside en Santiago Rodríguez.

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