¡Innegables realidades!

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Según sostienen algunos hombres pensantes de estos tiempos, “la tecnología mal asimilada embrutece”; hace a muchos humanos brutos de ordinario; y, que tal condición, como es obvio suponer, bien se puede asociar con las diferentes acepciones principales del término, agregan, entre las que se destacan: ignorancia, torpeza, incapacidad, tozudez, etc., las cuales no se ven, claro está, pero que sí se notan con gran facilidad.

Que, la misma corroe por supuesto, las capacidades cerebrales; como, las habilidades naturales innatas en las personas; y, se lleva de encuentro, además, gran parte del fragmento divino de la Inteligencia Una, con que son dotados los hombres (general), para provecho de lo físico terrenal, e ir logrando en adición, la evolución espiritual correspondiente.

Procedería señalar, a manera de complemento, que es esa última la que subyace en todo lo creado; la que sostiene el Universo en su totalidad. Y, que aquellos pensadores, que se tornan imparciales al momento de opinar con respecto a la temática, están diciendo grandes verdades. También, que muy poco espacio para rebatir a esos se tiene.

Las muestras más fehacientes sobre el particular de que se trata son, las que se pueden observar a partir de los equipos llamados inteligentes en la actualidad, verbigracia, los teléfonos móviles, y demás, que han ido desplazando el pensar humano, sustituyéndolo por la “mecanización”, o el “automatismo” evidente; y, convirtiendo a las personas en adictas; esclavas sin duda de tales efectos, sin cuya disponibilidad de ordinario se sienten como, inútiles.

Muchas de ellas lucen como robotizadas, movidas solo por las señales virtuales que reciben en dichos aparatos; chateando sandeces muchas veces; escuchando mensajes de voz, como observando los videos-cámara que les son enviados, etc., de ordinario carentes de importancia.

Todo, con el agravante de la disociación humana que se verifica, y que afecta hasta los entornos familiares mismos, amén de lo tan denunciado por los que saben, respecto de los daños nocivos para la salud, que pueden llegar hasta el cáncer, y que producen las radiaciones de radiofrecuencia (ondas de radio) que emiten esos dispositivos, las cuales pueden hacer blanco en las partes más cercanas expuestas a aquellos, dentro de la anatomía física de los flamantes usuarios esnobistas, allantosos, e inconscientes muchas veces de esa amaga realidad última.

Evidentemente, esa proclividad humana inducida desde hace ya algunas décadas, hacia depender la gente casi con exclusividad de la tecnología, y que tal, no sea usada nada más que como soporte concursante, sino, al igual que muleta sostén imprescindible siempre, más bien, con el aguijón agregado de los aprestos mercadológicos manipuladores de estilo, forma parte del proyecto embaucador diseñado por los poderes económicos-políticos gravitantes, y dirigido al grueso de las sociedades del mundo, en su afán indiscutible de dominación constante sobre esas.

Sí, en pos de un manejo más efectivo cada vez; que la gente viva distraída, y más aislada de sus realidades apremiantes en verdad, para aquellos turpenes poder abrirse paso siempre, al tiempo de continuar llevando a cabo sus ejecutorias subyugantes, y despreciables, para tantos hombres justos que aún quedan.

Es obvio que, el que la gente esté “ensimismada” recibiendo y leyendo mensajes de texto; escuchando los de voz recibidos; u observando videos, hace que las manipulaciones a los segmentos sociales objeto se faciliten; y, por tanto, se les pueda conducir hacia donde se quiere, siempre con propósitos marcados.

En adición a eso, la prensa comprada localmente, caso Dominicana, en su mayoría, ofrece los concursos necesarios, a través de los medios escritos, o digitales, con la publicación de titulares premeditados, y bien llamativos, para desviar la atención social hacia donde se desea, circunstancialmente hablando; y, que la población se olvide de sus precariedades más perentorias, insatisfechas por el Estado; como de los peligros que acogotan, tal es el caso de la inseguridad ciudadana.

En dicho tenor, se puede ver que, con frecuencia eso ha venido ocurriendo aquí. Durante las últimas semanas, por ejemplo, se ha recurrido a los cacareos escritos, al igual que televisados y radiados sobre la añeja temática del aborto, y sus famosas causales; como, la aprobación definitiva del nuevo Código Penal Dominicano, en relación con la permisividad de dicha práctica médica.

También, aquellas referentes a la famosa cantaleteada reforma de la Policía Nacional; y, la ingesta de bebidas adulteradas por parte de la población, viejo eso, que se ha llevado ya a varios para el otro “barrio”; ¡muertos!

Por igual está dentro del abanico actual, otro tema que periódicamente se aborda: el “bufeo” relativo al anuncio de un crecimiento económico, más que cuestionable, en el marco de un país deficitario presupuestalmente, en términos públicos, y hoy que viene siendo azotado por una severa crisis sanitaria – COVID-19 -, con escaseces hospitalarias y médicas de alta consideración a la vista, para poder enfrentarla, aunque se trate de solapar ambas realidades inocultables.

Además, enfrentando un nivel escandaloso de endeudamiento externo desenfrenado, hasta la coronilla, según se dice, y que se viene verificado entre nosotros desde hace años. ¡No es verdad que, cogiendo cuartos prestados, nadie crece en ese orden!, aun las mediciones “determinativas” se hagan en el contexto de los parámetros, y los indicadores que prescribe la denominada “ilusa ciencia” de las variaciones, estadísticas, promedios, y gráficos.

Son esas, entre otras entretenedoras, las cuestiones objeto de publicación presente, para desviar la atención social, que se han llevado de encuentro la mirada de la población, respecto de los problemas más acuciantes que aquejan a los ciudadanos de esta nación.

Tal situación pone en evidencia, que la adhesión hacia el uso alegre de la tecnología moderna, en términos más bien populares, que distrae mentalmente, no hay duda, está surtiendo efectos muy favorables para los grupos hegemónicos de poder, tanto nacionales, como extranjeros que gravitan en esta sociedad; la que pueden manejar a voluntad, y conducirla por los caminos que se quiere.

Los entretenimientos de carácter tecnológico, virtuales, inducidos a la gente en esta República, se muestran bien marcados. Es obvio que, está funcionando a cabalidad la estrategia de dominio propuesta por los grupos políticos-económicos, a través del embrutecimiento a todo dar que se va obteniendo, con base en el uso mal concebido por las personas de la tecnología al último guay de la moda, siempre presente

Pero, “es pa´lante que vamos”, como dice uno de los caciques políticos dominicanos. ¿Cuál será el destino entonces?, si se piensa en una población casi generalizada, con toda su atención puesta solamente en las pantallas de los teléfonos móviles, e inteligentes, “sustitutos de los hombres”, que se portan como aritos en las orejas, y siendo usuarias consistentes las personas de las “deformadas”, o distorsionadas redes sociales. ¡Tarea!

Autor: Rolando Fernández

 

www.rfcaminemo.wordpress.com

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