Verja perimetral, una necesidad histórica

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Por Ramón Rodríguez Jiménez

El anuncio dado por el presidente de construir una verja perimetral que permite la clara identificación de los territorios que constituyen los actuales Estados dominicano y haitiano es una realidad insoslayable. Pues la presión internacional y las organizaciones no gubernamentales se aprovechan de las necesidades y miserias que vive la enorme mayoría de la población vecina, no cesan de disparar equivocadamente contra la noble solidaridad que ha dispensado en años la República Dominicana.

Por encima de todo esto, antes de la construcción misma sugiero, es necesario que el gobierno dominicano realice una minuciosa revisión de los tratados fronterizos desde Aranjuez en 1777 hasta los realizados por el presidente Vásquez y Trujillo. La verja perimetral debe contener una buena marca de línea divisoria neutral parecida a la que divide en dos a Corea, marcada por una calzada y revestida de una muy buena pintura.

En tal sentido, la población haitiana desconoce su propia historia, no así el gran mulataje de utilidades a los propietarios de esclavos en Saint Domínguez, gobernado casi siempre y apoyado de su pasado histórico, hoy aún no le importa las miserias de su pueblo.

Por esa razón, gobernar y luchar contra el sector racial negro mantiene invariable los motivos de enfrentamientos. Esos enfrentamientos son las causas principales del atraso en sí misma de desgracia e infortunio de los haitianos.

El pueblo haitiano – erróneamente- entiende que el territorio de la parte este le corresponde debido a la ocupación realizada por el gobernador francés Toussaint Louverture en 1801 que dio paso al cumplimiento del tratado de Basilea en 22 de julio de 1795.

Dicho tratado es el truque realizado por España con Francia, año en que inicia el período conocido como la "Era de Francia en Santo Domingo" cuya duración cubrió a julio de 1809.  La acción de Toussaint permitió que pueblos como la Caoba, Hincha Juana. Méndez y San Rafel cayeran en manos de los Invasores franceses para mas tarde por carencia de recursos humanos y militares, se perdieran.

Expuesto el proyecto de verja perimetral, trajo consigo una reacción de parte de ciudadanos haitianos residentes en nuestro país, quiénes argumentan, señalan y catalogan como una burla de nuestro gobierno al pueblo haitiano. Esa reacción (expresada de algún modo) se constituye en la praxis en una bochornosa intromisión en el sagrado derecho soberano que posee el gobierno dominicano quién representa el estado; y cuya función principal es salvaguardar el territorio  nacional de potencia u otros poderes externos que conspire contra el país.

Finalmente, señor presidente, esa franja además de su aprobación debe ser construida en el menor tiempo posible. La misma, debe estar guardada por hombres bien entrenados y con equipos tecnológicos sofisticados de última generación para una eficiente comunicación y buen desempeño en vigilancia y monitoreo.

Adelante señor presidente, la nación, esta patria, nuestro país necesita protección, y en sus manos estamos seguros.

El autor es profesor titular Escuela de Historia y Antropología, UASD

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