Enfrentando el miedo en pandemia

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“El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma.” Aldous Huxley

Por: Claudia Figueroa

Hace unos años atrás, con las clases de artes marciales, llegó a mis manos un libro del filósofo y artista marcial Michel Echenique que se llama “Cómo enfrentar el miedo”, realmente sería interesante conocer sus puntos para este momento histórico que estamos viviendo.

Dicen los estudiosos de la conducta humana que el miedo es el primero de los enemigos del camino a la libertad. En este período, en que estamos pasando una pandemia, el miedo ha sido el pan de cada día.

Pero, no debemos asustarnos tanto. El miedo, dice Michel Echenique, es una fuerza de la naturaleza. Existe desde el principio de los tiempos y tiene una función de protección. El temor, es la respuesta mental y natural a todo aquello que desconocemos.

En este momento histórico que vivimos, estamos experimentando el mayor de los temores por una enfermedad que ha afectado a toda la humanidad, y esas palabras aun están presentes en el inconsciente colectivo de todos. Nos han dicho que no toquemos a nadie, que cualquiera puede tener la enfermedad, que se salga cuando se necesite. Todas estas ideas nos meten temor.

Ahora que estamos viviendo los embates de una pandemia. Y, tratando de comprender el término que los diccionarios dicen que es una enfermedad que abarca una cantidad considerable de población humana, o, que afecta al mundo entero.

Vemos que, en su sentido más profundo, si partimos en dos la palabra nos da pan – demus: pan era el dios griego de la naturaleza, guardián de esta, y demus es pueblo o gente, por ende, una pandemia se le puede denominar como “la alteración de la armonía natural de la humanidad.”

El miedo tiene el agravante de bajar el nivel vibratorio de las personas. Afectar el sistema inmune y, esto produce, también, el incremento de enfermedades. No basta con decir que no tengamos miedo, hace falta la acción para conseguirlo, enfrentarlo, conocerlo, dar pequeños pasos.

No podemos dejar de lado el miedo, porque su completa ausencia es sinónimo de inconsciencia y temeridad. El sentido de protección es el garante para el desarrollo de la vida humana y el temor es su mayor instrumento.

Así como la tierra es un ser vivo que respira, siente, se mueve, la humanidad es parte de la naturaleza. Esto lo sabían los antiguos maestros de las grandes culturas de la humanidad y del planeta. Tenemos registros de sus enseñanzas y hallazgos en las tablas y tratados de los grandes maestros, filósofos y científicos desde edades remotas.

Todos ellos nos recuerdan que nuestro paso por esta tierra y por esta vida es muy corto, y el miedo desmedido es un obstáculo para avanzar. Que venimos a aprender de la vida misma, volver a la armonía con la naturaleza, y tener en mente, que todos somos uno y lo que hagamos tiene un eco en el entorno.

Durante la historia, el hombre ha aprendido a acumular cosas que le dan “cierto grado de seguridad,” cuando en la antigüedad no necesitaba de tanto para estar satisfecho. La siembra y la cosecha, la comunicación constante con el entorno, el pedirle permiso a esta para satisfacer su sustento, y agradecerle por los frutos recibidos. Son acciones que hemos olvidado y por tal, nos entra temor.

Nuestra sociedad no nos educa para reaccionar de manera positiva ante la adversidad, saber que esta es parte de la vida, que puede afectarnos, más no tumbarnos, reconocer nuestros límites y saber aplicar lo aprendido para enfrentarlo.

En cambio, nos enseña a acumular, a poseer. Dice el autor del libro como enfrentar el miedo que, la manera de vencer el miedo es a través de las artes marciales, pero yo le agregaría, las artes en general, como vía de libertad, de expresión. Y, citando sus palabras, nos dice: “El miedo es una fuerza de la naturaleza, no es atributo de ninguna persona en especial. Existe desde el fondo de los tiempos y tiene una función natural de protección”. 

Hace falta la acción para enfrentar el miedo, dice el autor “El miedo se relaciona con el poder, y cuando aprendemos a relacionarnos con el miedo, aprendemos a relacionarnos con el poder”.

Cuando aprendamos a convivir y relacionarnos de manera armónica con el entorno, el miedo no desaparecerá, pero si mejorará nuestra salud y calidad de vida. Y eso lo obtenemos con el conocimiento.

“Nada en la vida debe ser temido, solamente comprendido. Ahora es el momento de comprender más, para temer menos.” Madame Curie

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