La familia, autora principal de la educación de sus hijos

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Por: María Francisca Quezada

La familia, como principal institución, responsable de la educación de sus hijo e hijas; atraviesa por momentos difíciles en la actualidad, ante la crisis de valores que día tras día se vive en su núcleo y que se evidencia con la descomposición social actual, lo que representa una amenaza a las futuras generaciones.

Puede señalarse que la verdadera educación comienza en la familia, esto implica que se debe cultivar en valores, ya que son esenciales para lograr una mayor integración de sus hijos/as en la escuela, a favor de sus aprendizajes.

A los jóvenes de la sociedad actual, hay que llamarlos varias veces para que comparezcan a los centros educativos. Generalmente se levantan irritados, ya que se acuestan a altas horas de la noche viendo televisión, PlayStation, hablando por teléfono.

No se ocupan de colaborar, en nada que tenga que ver con el hogar en donde viven; ostentan los equipos digitales más modernos del mercado, en muchos casos sin merecerlos. Si se dañan, según ellos, los padres están para cubrir los gastos que ellos incurran, a la mayor brevedad posible y con presión psicológica. No les gusta que les hablen de moral, buenas costumbres y mucho menos de religión, lo consideran aburrido.

Hay padres muy permisivos, que acostumbran a darle todo a sus hijos sin, que trabajen por ello y aun así se quejan de que no es suficiente. Salen hacer trabajos escolares, en muchos casos, se embarazan, fuman, ingieren alcohol, usan hookah y sustancias controladas (marihuana, cocaína, éxtasis) etc. Cuando se les corrige respecto a lo que hacen, para que cambien de actitud, responden con groserías e irrespeto, amenazan con tomar decisiones drásticas o hacerse daño; lo que constituye un gran dolor de cabeza para los padres de hoy en día.

Este tema, al respecto, merece la siguiente opinión: si queremos un país libre, desarrollado y un ciudadano con pensamiento crítico y con deseo de superación, entonces debemos apelar al mayor recurso de amparo que por excelencia nos brinda la oportunidad de transformar la sociedad; me refiero a la educación. En este sentido la mejor manera de educar en valores, es educar y modelar con el ejemplo, ya que no se debe exigir lo que no se da.

Algo que ha dañado bastante en los últimos tiempos, es el dicho que dice: “no quiero que mis hijos pasen lo mismo que yo”. Espero que los padres que aún estén a tiempo puedan reflexionar y dar un giro de 360 grados a la problemática existente.

¿Qué hacemos mal?
¿Cómo estoy educando a mis hijos/as?
¿Cuáles valores inculco?

La familia debe asumir mayor responsabilidad en la educación de sus hijos/as y darle un seguimiento continuo, donde le pueda brindar todo el apoyo necesario y que la mesa del diálogo, como escenario principal, materialice los acuerdos y compromisos asociados a la formación en valores, principios éticos, morales y cristianos que incentiven a sus hijos/as a la reflexión, a la comprensión y la armonía, generadoras de un clima de confianza y de paz familiar.

En conclusión, si la familia asume su papel de educadora, se puede apostar a una sociedad sin violencia, sin maldad, sin descomposición social, más prospera, con ciudadanos íntegros, cooperadores, que velan por el bienestar de la nación dominicana.

La autora es
Educadora Reside en Dajabón.

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