Por Miguel Espaillat Grullón
1 – Marino Zapete es uno de mis héroes. Él tiene un lugar muy especial en mi corazón. Su seriedad, su profesionalidad, su valor personal, su constancia, su reciedumbre moral, su sacrificio y entrega por el bien de nuestra patria, me hacen tenerlo al nivel de un Orlando Martínez, Narciso González, Goyito Castro, etc. Y juro, que si su vida dependiera de mi sangre, o de cualquier otro órgano de mi cuerpo, para mí sería un honor donárselo.
2 – Las veces que Marino ha venido a New York (donde vivo), yo he sido de los que ha participado activamente en los preparativos de sus conferencias, y asistido para estar presente en la primera línea y aplaudirlo efusivamente. Yo he vivido recomendando y compartiendo su programa, y lo he defendido a raja tabla, cuando alguien delante de mí ha osado proferir alguna expresión injuriosa en su contra; porque sepa él, que no falta quienes lo adversan, porque en este mundo, desgraciadamente, aún hay quienes prefieran a Barrabás que a Cristo.
3 – Sin embargo, ese Marino Zapete que considero un hombre justo, objetivo e imparcial, a quien respeto, admiro, quiero y defiendo aún fuere al costo de mi propia vida, me ha dado tremenda sorpresa con la forma inquinosa con que habla cuando se refiere al agrónomo Leonardo Faña. Cuando este comunicador formidable se refiere a Faña, su verbo se vuelve un torrente de animadversión, el tono de su voz cambia, su rostro se transforma, para dejar salir de su boca un discurso precipitado e injusto contra un hombre bueno, que como él, también se ha sacrificado por su patria.
4 – La primera sorpresa de la animadversión de que hablo de Zapete hacia Faña, la dio, cuando en su programa (El jarabe de Zapete), de fecha septiembre 4 de 2020, sugirió la cancelación de este director del IAD, por el simple hecho, de que este hombre planteara en aquella ocasión, que el director y subdirector de la Regional de Valverde Mao de esa institución, ganaran el mismo sueldo, cosa que hizo Faña, para de manera salomónica, resolver el conflicto que había surgido entre los dos funcionarios citados por diferencias cuantitativas del sueldo a ganar.
5 – Con aquello, mi estimado Marino Zapete hizo un escándalo mayor. Al respecto publicó su segmento con el título: “Director del IAD reparte cargos al margen de la ley”, y por ahí se fue, diciendo que si este fuera otro país, hoy mismo este señor seria cancelado. O sea, una vida de entrega, sacrificios y honradez, Marino quería cegarla, por un simple “quítame esta paja”, tratando a este hombre desde un principio, como si fuera un bandido de tomo y lomo y sin ningún respeto y consideración a su persona. Es como si troncháramos su carrera y su vida (la de Zapete), por el simple hecho de ser calvo y orejón.
6 – Justamente, tres meses y medio después de aquel aquelarre periodístico, ante la denuncia de abuso sexual que ha presentado una joven señora contra Faña, nuestro Marino Zapete, en su programa, arremetió de nuevo con saña contra aquel profesional agropecuario, sin dejar de ver la animadversión que hemos aludido, al hacer un enfoque precipitado, condenando al acusado sin que aún se haya hecho la investigación a fondo correspondiente, violentando el principio de la presunción de inocencia.
7 – Esta inquina de Zapete contra Faña es tan fuerte, que hasta en el título de ese segmento rezuma esa animadversión: “Aparentemente – titula Zapete su trabajo – a este funcionario se le calentó el cerebro”. Además, hasta deja ver solazamiento en sus declaraciones contra Faña, tal como lo ha hecho, Julio Martínez Pozo.
8 – ¡Señores, hay cosas, situaciones y circunstancias! – continua Marino Zapete – que un hombre viejo debería pedirle a la vida o a Dios, o a lo que sea, que le evite verse en una situación como esa. Hay una cuestión que la gente le dice “la erótica del poder”, que cuando la gente tiene poder se vuelve loco, y cree que puede hacerlo todo. Leonardo Faña, que le conozco hace muchísimo tiempo, director del Instituto Agrario Dominicano; desde que llegó ahí demostró que, o es que tenía la cabeza descompuesta, y no se sabía, porque no era una persona con poder, o es que se le dañó un circuito, o se le quemó un cortocircuito con el poder, y no pudo aguantarlo (Persiste Zapete con su retórica virulenta contra Faña).
9 – Ustedes saben – sigue narrando Zapete – la cosa que hizo Faña cuando llegó ahí, lo que dijo, lo que hizo con dos funcionarios: ¡ah no, pues quedan igualado el subalterno y el superior en los sueldos. Esto lo hizo porque no lograban ponerse de acuerdo, entonces que ganen lo mismo, que se lo distribuyan entre los dos. ¡Esa es una cosa, verdad! Pues ocurre – sigue Zapete – miren ese titular señores: ¡Qué pena y que vergüenza le debe dar a una persona mayor, padre de familia, verse involucrado en una situación como esta! Voy a leerle lo que dice la prensa. “Leonardo Faña director del Instituto Agrario Dominicano está envuelto en un presunto caso de abuso sexual. Y por ahí siguió hasta crucificar a un hombre sin haber agotado el debido proceso de investigación a fondo que establecería y esclarecería los hechos. Para Zapete, Faña, simple y llanamente es culpable a priori del abuso sexual que se le acusa. Para Zapete, el principio de la presunción de inocencia, es letra muerta.
10 – Note el lector, que la animadversión de la que estoy refiriendo, la manifiesta Marino Zapete, en lo mas simple que haga Faña. Cuando Faña llega al palacio (como es de imaginarse muy estresado), responde sin mucho tino a la pregunta de una periodista, y de esta respuesta, Marino hace un caso.
a modo de conclusión
A – Está harto demostrado el poder de los medios de comunicación, en un mundo, donde la gente, en mayoría, no tiene la capacidad para pensar por sí mismos, sino, que otros piensan por ellos, situación que es aprovechada por los más aventajados para cultivar los propios intereses.
B – Ratifico una vez más la versión que tengo de los hechos en torno a este caso de Faña, tal como expuse en mi artículo al respecto publicado hace apenas un par de días. A Faña lo conozco por más de 40 años. En todo ese tiempo, él nunca ha dado indicios de tener el perfil de un depredador sexual, y mire que yo si entiendo de esto. Cualquiera que lea mi novela “EL GRAN CAIN Y/O SECRETOS DE FAMILIA”, sabe por qué lo digo. En decenas de encuentros y reuniones que hemos tenido donde hay cantidad de mujeres hermosas, juro que nunca le vi a Faña manifestar, visual u oralmente, alguna lascivia contra las evas. Tampoco es del perfil del Faña que yo conozco, eso de poner droga en la bebida de una mujer. Me niego a creer eso de Faña. Para mí, son calumnias.
C – No obstante, también ratifico mí criterio ya expresado, que de un hombre o mujer, en materia de pecado, todo es posible. El errar, el caer, es de humanos. Entonces, dada esta peculiaridad de nosotros los homos sapiens, hay que investigar profundamente los hechos para llegar a la conclusión, de cuál de los dos, (él o ella), es el transgresor.
D – Para mí, este tema ha resultado extremadamente doloroso. Lo siento por Faña, por la señora que lo acusa, por Zapete, por los hombres y mujeres de mi país, por el PRM, por mi gobierno, por nuestro presidente, por la familia dominicana, por los profesionales agropecuarios, que tan duro este caso nos ha golpeado. Tanto bochorno duele profundamente. Pero sobre el dolor, esta realidad tenemos que afrontarla, pero con justicia, sin juzgar a priori como lo está haciendo mi estimado Marino Zapete.
E – Que recuerde Zapete, que los poderes que están detrás de la cabeza de Faña son capaces de todo y cualquier cosa. Que esa gente fue capaz de negociar con Quirino para descabezar a Leonel Fernández; que son los mismos poderes que quisieron destruirlo a él de la manera más canalla, cuando él denunció con documentos, el robo al erario de los 11 mil millones de pesos, que Gonzales Castillo hizo con el asunto aquel del asfaltado. A Zapete que no olvide, que no hay nada extraño ni nuevo, en usar a una mujer para los fines de destruir a un hombre. El caso más sonado y reciente de esta especie fue en mayo de 2011 con Strauss-Kahn, el francés a la sazón jefe del FMI que en mayo de 2011 fue arrestado en New York, bajo la acusación de haber violado y golpeado a una mucama del hotel donde se alojaba. Con ese golpe, el imperio destruía a una persona que no quería que siguiera siendo el director del FMI, y a la vez se tronchaba la posibilidad, que pudiera ser el futuro presidente de Francia. En este contexto, lo de Sansón y Dalila es bíblico.
F – ¡Las cosas de la vida! Las inconductas humanas a veces nos dan sorpresas terribles. No espero nada semejante de Leonardo Faña. Si la acusación resulta cierta, seria una puñada. Pero tampoco esperaba de Marino Zapete un periodismo con animadversión hacia un semejante, aunque le caiga mal, porque siempre lo he visto imparcial y coherente. Son dos dolores que laceran el alma, no solo la mía, sino también la de la patria. Marino Zapete, con su animadversión contra Faña, pero también, al hacer causa común en este caso con Julio Martínez Pozo, cae en la categoría de los que decepcionan. Eso no es justo, ni lo esperábamos de él.
El que tenga oídos, que oiga…
New York, NY 22/01/2021