El cambio personal se gestiona creando espacios para la gratitud y el altruismo

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Por: Lucy Angélica García Chica

"Debes ser el cambio que deseas ver en el mundo. "
(Mahatma Gandhi, 1869- 1948)

El cambio es una parte natural y significativa de la vida; todo sucede por una razón, cuando acogemos el cambio, incluso en sus versiones más dolorosas, nos liberamos aunque sea levemente de dicho dolor, en esta aceptación, hacemos espacio para la gratitud; gratitud por todo lo que fue y todo lo que todavía puede ser, a menudo queremos luchar contra el cambio que nos incomoda, pero en realidad lo mejor es no combatirlo, en lugar de ello, permítete sentir esa gratitud.

Entonces hay que aprovechar cada momento, no dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido un poco más feliz, sin haber alimentado tus sueños, no te dejes vencer por el desaliento, no permitas que nadie te quite el derecho de expresarte, que es casi un deber.

No abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario, de eliminar tus YOES, tus demonios internos, de levantar del fango tu alma, no dejes de creer que las palabras, el amor, la risa y la poesía sí pueden cambiar el mundo; somos seres humanos, llenos de pasión, ha llegado el momento de florecer y esta vez, debes tener la plena convicción de que nada se interpondrá en tu camino.

Podemos dirigir nuestros pensamientos hacia una energía que traiga bendiciones a nuestra vida y el mundo. El cambio no siempre se siente como positivo, pero podemos usarlo para crear una gratitud mayor por la vida, la salud y el amor. El primer paso es romper las rutinas, ser revolucionarios, independientes, únicos y altruistas.

Decía el escritor brasileño Mario de Andrade: “Conté mis años y descubrí que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora. Me siento como aquel niño que ganó un paquete de dulces: los primeros los comió con agrado, pero cuando percibió que le quedaban pocos, comenzó a saborearlos profundamente. Tengo prisa por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar. Pretendo no desperdiciar parte alguna de los dulces que me quedan. Estoy seguro que serán más exquisitos que los que hasta ahora he comido. Mi meta es llegar al final, satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia. Tenemos dos vidas y la segunda comienza cuando te das cuenta que sólo tienes una”.

Apresurémonos para tomar la vida en nuestras manos, hacer los cambios necesarios para ser mejores personas y saber elegir en el día a día como vamos a vivir los siguientes años. Ocúpate de lo que realmente es importante, genera un cambio e impacto positivo en tí, en tu familia, comunidad y participa siendo mejor ciudadano.

La autora es Escritora y Poeta.
Imagen de la web.

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