Por: Claudia Figueroa
Hace poco hablé de la enseñanza de la matemática según la perspectiva de cuatro distintos métodos educativos: conductista, constructivista, Montessori y Waldorf. Estos métodos de enseñanza están alejados de los modelos educativos convencionales.
La educación no es una actividad exclusiva de la escuela; sino que implica el entorno completo del estudiante. Abarca el hogar, donde se forjan y enseñan los valores y las virtudes que se pondrán en práctica en la vida cotidiana. En la escuela, se adquieren los instrumentos generales que son útiles para la vida diaria, para relacionarse con la comunidad y hasta para entender aspectos fundamentales de nuestro sistema económico. Es el lugar donde los estudiantes aprenden a socializar e interactuar unos con otros.
¿Qué es el método conductista? Pensamos que la conducta es algo que se puede medir, observar y evaluar. Aunque se puede observar en el aula, el maestro puede ignorar cómo es la conducta de sus alumnos fuera de la institución. En el hogar, usualmente, se establece el método del premio/castigo. Si el niño hace lo que se le indica u ordena, se le da un premio, si no lo hace, se le castiga. Este ha sido uno de los métodos de aprendizaje más comunes.
También se llegó a creer que los niños eran “vasijas vacías que había que llenar.” Que su cerebro había que atiborrarlo de información y de datos, incluso que el alumno debía sentarse de un modo en particular, que actuaba de una forma y que se le debía restringir el movimiento en el salón de clase, entre otras cosas.
Aún existen prácticas en las que se le califica la conducta al estudiante. Dependiendo del sistema de calificación de cada país, el estudiante puede obtener un 10 o una A+ en matemática o cualquiera de sus asignaturas, y obtener un 0 o una F en conducta. Es decir, el alumno puede tener una calificación de excelencia en las diferentes asignaturas, pero deficiente o negativa en la conducta. Este método de enseñanza y de condicionamiento nos llega a través de las propuestas de Pavlov y Skinner.
A diferencia del conductismo, el constructivismo, parte de la premisa de que el ser humano va construyendo su aprendizaje a través de la forma experimental. El ser humano se convierte en protagonista de su propio aprendizaje.
Por ejemplo, Jean Piaget, uno de los padres del constructivismo, observó que los niños eran como pequeños científicos que descubrían su entorno por medio del juego. Al analizar la forma de interactuar de los infantes, notó que estos empezaban a solucionar problemas y dificultades a través de esta actividad .
Su teoría establece cuatro estados en el desarrollo del niño y el adolescente: sensoriomotor, preoperacional, operacional concreta y operacional formal. Bajo esta premisa, Lev Vigotsky estableció su teoría de “las zonas de desarrollo próximo”.
Por supuesto, existen otros modelos educativos que han hecho sus aportaciones importantes, como el cognitivismo, el desarrollo de las competencias, las inteligencias múltiples y la inteligencia emocional. Todos estos surgen a partir de la observación.
Desde la antigüedad se ha observado que la forma en que los hombres, desde que son niños, aprenden es haciéndose preguntas. Por eso, es tan importante la filosofía, porque es la que nos puede dar las respuestas y la que lo cuestiona todo.
Como padres, maestros y miembros de una comunidad escolar, debemos alimentar la necesidad intrínseca que tienen los niños de preguntar, investigar y experimentar. Es nuestra responsabilidad hacer del aprendizaje una experiencia vívida y especial.
Sócrates, en uno de sus diálogos decía que aprender era recordar. Cuenta la historia que, a través de su método, la dialéctica, hizo que un esclavo recordara los preceptos matemáticos de antaño enseñados en la escuela pitagórica. Sócrates fue considerado el más sabio de todos porque afirmaba lo siguiente: “Sólo sé que no sé nada”. Él indagaba con todos los transeúntes sus conceptos a través del diálogo y las interrogantes para profundizar más en la investigación.
Estas teorías son extensas y complejas, así que este breve artículo solo ha pretendido dar un atisbo sobre algunos de los métodos de aprendizaje existentes que repercuten en la formación y la educación de los niños y jóvenes. Y que, sin duda, son parte esencial diariamente en la docencia, la familia y la comunidad.
En la siguiente entrega, revisaremos los aportes de los métodos Montessori y Waldorf y cómo estos nos dan una visión más humana de la educación.