Política sobre drogas: ¿más de lo mismo?

434

“El Cambio Va”, fue slogan de campaña del actual gobierno. Y ciertamente la sociedad votó por ello. El presidente Luis Abinader fue el único candidato que abordó el tema de las drogas en su discurso de campaña. Pero hasta la fecha vemos que no se ha tocado el esquema conservador que rige desde hace ya 32 años. ¿Será que en la política sobre drogas seguiremos con “más de lo mismo”?

En el año 1988, en el gobierno ultra conservador del Dr. Balaguer, se redactó y promulgó la ley 50 -88. Esta ley traza una política centrada en las sustancias y la represión de los consumidores, acorde con pensamientos sobre las drogas de principios del siglo pasado. Así se ha convertido en delincuentes a simples usuarios y multiplicado el dolor de las personas y familias que sufren adicciones, sometidos a políticas represivas, para poner números a una estrategia de supuesta guerra contra las drogas, que no es solo fallida, sino perversa.

Esta política, surgida de la discriminación, ha ignorado las buenas prácticas de otras sociedades, y avances de otros Estados. Se actúa de espalda a los estudios y recomendaciones de organismos competentes que proponen diseñar políticas sobres drogas, respetuosas de los derechos y la dignidad de las personas. La sociedad dominicana ha sido testigo de la estrecha relación de las políticas sobre drogas con todo el entramado de corrupción que nos abate.

Para lograr que el cambio llegue a las políticas sobre drogas en nuestro país es necesario rescatar al Consejo Nacional de Drogas- CND, históricamente secuestrado por el clientelismo y un rancio conservadurismo desde su creación. En el CND se debe dejar atrás el absurdo de ser una parcela para pagar favores políticos, cuando ya aparecen voces proponiéndose desde esta perspectiva. El Consejo debe convertirse en un organismo técnico profesional, estrechamente vinculado a las políticas de salud del Estado. Para poder avanzar en esa dirección es necesario designar en la presidencia del CND una persona profesional de área de la salud, capaz de llevar a nuestro país hacia esa nueva mirada sobre el fenómeno de las drogas, teniendo a las personas y sus derechos como objetivo central.

Se debe convocar a un amplio debate, sin banderías políticas, para identificar las mejores opciones y diseñar una política, basada en una nueva ley dejando atrás las discriminaciones, estigmas, abusos, manipulaciones absurdas. La experiencia de Portugal es la mejor evidencia de que cuando gobierno, oposición, personas expertas, y la sociedad en general se unen en un objetivo social común, los resultados en materia de drogas son espectaculares. El documento preliminar “Estrategia Nacional sobre Drogas para seguimiento de las Recomendaciones UNGASS – 2016, desde una Perspectiva de Derechos Humanos”, es un excelente punto de partida para una nueva ley sobre drogas. Esta propuesta fue elaborada por la “Mesa Interinstitucional UNGASS sobre Drogas”, en la que participan instituciones del Estado, organismos internacionales y organizaciones sociales.

Es urgente despenalizar los consumos. Las personas usuarias de drogas no son delincuentes a quienes castigar. La única forma de lograr la recuperación de quienes sufren adicciones es atenderles en sus necesidades de salud e integración social, respetando sus derechos y su dignidad humana. Solo los países que avanzan en esta dirección están logrando verdaderos éxitos.

Una nueva política sobre drogas deberá enfocarse prioritariamente en la reducción de la demanda, mediante el desarrollo de una educación integral, promoviendo estilos de vida saludable, la educación para la salud, la sana recreación, la creación de oportunidades a las personas jóvenes…, entre otras deudas sociales acumuladas.

El uso de medicamentos extraídos del Cannabis o marihuana, han demostrado eficacia en problemas de salud, en los que la medicina tradicional ha fracasado. Es un absurdo mantener estos medicamentos fuera del alcance de la población que los necesita. La ONU acaba de reconocer oficialmente las propiedades medicinales del cannabis.

Las políticas de control también necesitan un saneamiento urgente, para perseguir a los verdaderos traficantes y distribuidores. Los llamados “punto de drogas” no deberán contar con el apoyo y la complicidad de autoridades corrompidas. Es urgente desterrar el chantaje que pone drogas a jóvenes de barrios empobrecidos para poner números y extorsionar a las familias.

Proponemos una gran alianza con las organizaciones sociales que han llevado la carga pesada de atender a las personas con problemas de adicciones. Apoyando en su fortalecimiento y profesionalización a estas entidades sociales se estará generando una red de atención efectiva que supere la buena voluntad que anima a muchas de estas organizaciones.

Durante muchos años estos planteamientos han sido ignorados por las autoridades anteriores desde el año 1988. Hoy nos gobierna un sector que proclama un cambio, que se plantea como democrático, anticorrupción, que ha empezado a mostrar que quiere avanzar en una nueva forma de dirigir el Estado, con honestidad, escuchando la voz ciudadana. Pero las políticas sobre drogas esperan. La sociedad dominicana no merece continuar siendo rehén de unas políticas sobre drogas que hacen más daño que las drogas con las que dicen estar en guerra. Será que el nuevo gobierno en materia de drogas nos dará “más de lo mismo”?

Juan Raddamés de la Rosa Hidalgo.
Psicólogo,
Director Ejecutivo Casa Abierta.
Diciembre 2020.

SHARE