Poco falta para la llegada de un nuevo año, sin embargo, el paralítico 2020 no deja de perseguirnos. Nos acostumbramos en los últimos años que todo lo que pasará en el mundo, aunque se presentará como difícil, era resuelto de forma inmediata por todos los avances que la humanidad ha generado en cualquier ámbito. De repente, la vida desenfrenada, agitada en todo orden de ideas se ha visto paralizada. El 2020 nos enfrentó a una situación nueva, para la gran mayoría de los seres vivientes del planeta, nos obligó a estar en casa, encerrados. Apartados del mundo exterior. Nos obligó a sentir miedo, a sentir la muerte detrás de la oreja.
Un 2020 signado por muertes, economías estancadas, desempleo. Pero, sobre todo, un año de modificaciones en nuestro comportamiento, en nuestra forma de llevar la vida, día a día. Que, aunque no lo creamos, estamos siendo actores de los cambios que se avecinan en materia económica, social y política. Quien escribe tiene la creencia que el famoso COVID 19, sin duda alguna, fue creado en algún laboratorio para en palabras menos, palabras más demostrar a los países contrincantes del planeta, aquellos que ostentan el poder, que no hace falta desatar una guerra con armas convencionales, cuando un arma tan poderosa como el virus que hoy se encuentra en el mundo, puede encargarse de hacer mejor el trabajo de destrucción.
2020 rompió con el período de una humanidad prácticamente dormida, embelesada en tantos adelantos para hacer cada día más fácil la vida. Sin importar a costa de qué se estaba haciendo.
El año que está por llegar, 2021, no promete alivio para la situación que estamos padeciendo. Solo promete esperanzas para la cura del mal.
Lo único que podemos hacer para no entrar estresados al nuevo año es entender que nos encontramos en un proceso de reestructuración económica, social, política.
Albert Einstein diría “El mundo tal como lo hemos creado es un proceso de nuestro pensamiento. No se puede cambiar sin cambiar nuestra forma de pensar”
Que recibamos un nuevo año 2021 con mucha paz, porque realmente la vamos a necesitar para continuar.
Milagro Portillo
Consultora Internacional