Un crimen silencioso, con gran rentabilidad

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Por Amín Cruz

“Para que la respuesta al COVID-19 y la recuperación posterior a nivel mundial asignen un lugar prioritario a la dignidad humana y los derechos humanos, debemos redoblar los esfuerzos para proteger a las víctimas de la trata y evitar que las personas vulnerables sean explotadas por delincuentes”. António Guterres

Las Naciones Unidas, ONU, tiene una preocupación con la trata de mujeres y hace incapies para que los gobiernos tomen mediadas responsable y no se hagan complice, ya que el trata de mujeres es una de las modalidades de la trata de personas más practicadas en el mundo.

La trata es un crimen de género vinculado a la explotación sexual, se exhorta a los gobiernos a tomar todas las medidas necesarias para eliminar ese flagelo, es un crimen de género muy vinculado a la explotación sexual, por lo que los Estados deben crear las condiciones propicias para asegurar que las mujeres y las niñas sean libres del peligro de la trata.

La trata de mujeres en su esencia, se presta la esclavitud sexual y a la venta de la mujer como objeto sexual y la ONU condena ese practica habitual que se realiza en la mayoría de países del mundo.

Para quienes realizan este tipo de explotación, la actividad tiene altos y bajos riesgos y logros. Las mujeres con la que trafican la entran al país con visa de turista y la llevan a la acción de explotación sexual camuflada en los registros por actividades legales como las agencias de modelos, niñeras, camareras o bailarinas.

Pocas de las mujeres víctimas de este crimen tienen conciencia de que la migración se destina a la explotación sexual. A veces ellas permanecen en una cárcel privada, bajo permanente vigilancia, además de sufrir prejuicio y discriminación por parte de los clientes y de los dueños de los establecimientos.

Se sabe que esas mujeres trabajan de 10, 13 o 15 horas diarias en el mercado del sexo, no pudiendo rechazar clientes y siendo sometidas al uso abusivo de drogas, alcohol y maltrato físico para permanecer despiertas.

Muchas de ellas caen en la trampa por necesidad e ignorancia y no se dan cuenta de la grave explotación que sufren, sólo admiten que fueron engañadas. El tráfico para fines de explotación sexual trae irreversibles consecuencias a las mujeres.

Estas quedan expuestas a todo tipo de enfermedades de transmisión sexual, inclusive al virus VIH, sufren ataques físicos por parte de los clientes, son atacadas sexualmente por los reclutadores, tienen que lidiar con constantes amenazas o intimidaciones por todo el periodo que permanecen en régimen de esclavitud sexual, además de destinar todo el dinero que recaudan para pagar la deuda contraída con los proxenetas.

A pesar de que este negocio ha existido desde la época de Jesucristo, en el siglo pasado y en el presente se ha incrementado y usado por el bajo mundo especialmente por los narcos, que la usan de mula. El aumento de ese comercio de cambio es consecuencia de la relación de traficantes de narcóticos con la explotación sexual, llevando a este ramo la administración en red y la renovación de mercancía para lucrar más.

El Comité para la Eliminación de la Discriminación de la Mujer (CEDAW) afirmó que las mujeres y las niñas siguen contándose entre las principales víctimas de trata en el mundo y destacó el creciente uso de las redes sociales para reclutarlas en el contexto de la pandemia de COVID-19, por lo que las leyes y políticas nacionales e internacionales contra el tráfico de personas resultan insuficientes para detener ese delito, particularmente cuando se extiende de los medios convencionales al espacio virtual, los traficantes se valen de las redes sociales y las aplicaciones de mensajería para acceder a sus posibles víctimas y reclutarlas para luego explotarlas sexualmente en el caso de las mujeres y las niñas.

Las compañías de redes sociales y mensajería un llamado a implementar controles para mitigar el riesgo de exposición de las mujeres y las niñas a la trata y la explotación sexual. También les pidieron que usen sus datos para identificar a los traficantes y a los individuos ligados a la demanda de mujeres y niñas, combatir la trata implica desalentar la demanda.

A los gobiernos, por otro lado, los conminaron a abordar las causas que empujan a las mujeres y las niñas a caer en situaciones de alta vulnerabilidad. La razón es poner atención al llamado que hace el secretario general de la ONU Antonio Guterres, poner fin a la trata de blanca y a prestarle más y mejores atenciones a las niñas y mujeres de nuestros países en el mundo.

Los Estados deben movilizar recursos públicos y fortalecer los servicios en las áreas que apoyan el alcance de la igualdad de género, la promoción de los derechos de las mujeres y las niñas y el respaldo del desarrollo sostenible para reducir los factores de riesgo que propician la trata, los problemas fundamentales se cuentan la discriminación con base en el género, lo que incluye injusticias socioeconómicas en los países de origen de las mujeres y las niñas; las políticas migratorias y los sistemas de asilo con sesgos de género en los países extranjeros; y los conflictos y emergencias humanitarias.

A nivel global, la Agenda 2030 incluye entre sus objetivos el combate a la trata de personas para lograr un desarrollo sostenible. La Trata de personas, un crimen silencioso, con gran rentabilidad. “La vida no es una mercancía”

Dr. Amín Cruz, PhD, diplomático, periodista, historiador, educador, escritor y líder del periodismo hispanoamericano, residente en New York.

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