Defendamos las universidades públicas y la educación

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Por Yordan Arroyo C.

Queridos lectores, antes de mostrarles estos dos poemas de mi autoría, quiero y es necesario decir que ambos son dedicados a la Universidad de Costa Rica, entidad a la cual, junto con Dios, mis padres, uno que otro familiar, y la familia Ramírez Campos que me adoptaron como hijo, le debo una gran parte de todo lo que hoy he logrado a nivel nacional e internacional.

Hay acontecimientos que se recuerdan para no borrarse nunca. Entre ellos está el recuerdo de haber entrado a la Universidad de Costa Rica siendo una persona sin un norte claro, un joven tímido y sin recursos económicos para poder estudiar (incluso tuve que retirarme año y medio de los estudios superiores), pero cuando volví el personal universitario nunca me quitó su hombro, los profesores de Humanidades fueron los primeros en enamorarme de la Universidad para empezar a construir los éxitos del hoy. Recuerdo bien cómo Esteban Paniagua, Mijail Mondol, Stanley Arce, Gabriela Quirós y Miguel Ánguel Cuaresma despertaron un sentido crítico en mí que estaba dormido.

No obstante, fue gracias a una beca dada por la Universidad de Costa Rica que pude graduarme para hoy poder cumplir miles de sueños con mucho esfuerzo, dedicatoria y producto de la excelente formación dejada por muchos de mis buenos profesores que laboran y laboraron (Manuel Alvarado Murillo, Alicia Alfaro, Gilberto Chavarría y Rafael González) en nuestra querida alma máter, actualmente atacada más que nunca por sectores y miembros políticos promotores de la ignorancia y que incluso, podríamos verlos como otro tipo de virus, aparte del COVID-19, que entre todos los costarricenses debemos luchar por curar cuanto antes, no solo por el bienestar de los universitarios, sino por todo el país en general. Un ataque a la educación superior pública es un golpe de infarto al corazón de una sociedad. No se puede permitir que malos jardineros quieran marchitar al girasol que carga todo un legado histórico y patrimonial detrás suyo. Soy producto de la regionalización y siempre defenderé a la vivienda que me dio abrigo durante los inviernos.

 

El hijo de un girasol

No solo soy,
sino que amo ser,
porque represento la semilla de un girasol
nacida de un humilde campo
que da luz
y que sonríe al robar el fuego para los demás.

Soy el hijo de un girasol
nutrido con sonrisas, sueños y perseverancia
y cabeza adornada con laureles.

Y si acaso me ven por ahí
caminando con mi pluma, mi bolsillo y mi libreta
e insisten en saber ¿quién soy?
entonces con amor les responderé:
Soy orgullosamente UCR.

Ayer te decían

Ayer te decían ”chancletudo”
hoy esas voces se disfrazan de vergüenza;
sus estómagos se han llenado de telarañas
y de sus bocas salen estornudos
que sienten miedo de pedirle ayuda
a quien le gritaban ”vago”.

Ayer te decían ”chancletudo”
quienes hoy se esconden
llenos de miedo en su caverna
sin brindar soluciones
al enigma dejado por un monstruo
que tose día y noche sin mascarilla.

Ayer te decían ”chancletudo”
aquellos que hoy gritan “cuál pandemia”;
los amantes de la pseudociencia
y los que se comen las uñas con un noticiero.
Pero hoy esas voces son consumidas
por la subalternidad del silencio.

Anoche dormías con el grito:
”chancletudo hijueputa”
que rebotaba en tus oídos
provocando pesadillas,
pero hoy,
después de guardar silencio
saliste a tomar el sol
dispuesto a derrotar al monstruo
que todo este tiempo
me ha impedido abrazarte.

 

BREVE BIOGRAFÍA

 Yordan Arroyo Carvajal es costarricense. Tiene 24 años. Nació en San Ramón de Alajuela, conocida como tierra de poetas. Actualmente vive en el Barrio Lisímaco Chavarría, contiguo a la estatua del finado poeta ramonense inclinado por el modernismo.

Pertenece al grupo literario Faro Cultural y asiste a los talleres de creación literaria de la Cátedra Autónoma de Filosofía Política, dirigidos por el máster en filosofía Esteban Paniagua. Además, es Presidente de la Unión Hispanomundial de Escritores en Costa Rica. Ha recibido distintos premios por su aporte y entrega por la cultura costarricense.

Incursionó estudios en Inglés con concentración en Primaria en la Universidad de Costa Rica y Filología Clásica (sigue estudiando). Se graduó en Enseñanza del Castellano y la literatura (actualmente estudiante avanzado de maestría) en la Universidad de Costa Rica y tras ser el ganador de la Beca Santander para Hispanoamericanos, 2020, es estudiante del Máster Textos en la Antigüedad Clásica y su Pervivencia de la Universidad de Salamanca, por ende, en septiembre se estará trasladando hacia España.

También es docente universitario e investigador académico. Se considera un apasionado de la literatura y la cultura en general (principalmente la grecolatina, la cual utiliza como puente constante de conexión con la literatura costarricense).

Como escritor, se desenvuelve principalmente en el género poético. Todo inició como una pasión desde los 8-9 años. Escribía y cantaba versos rimados por doquier. Pues desde muy pequeño carga con esa habilidad innata, fortalecida gracias a que sus padres lo criaron desde infante entre libros y arte.

Cabe decir que la labor de escribir poesía desde un sentido libre la tomó más en serio al ingresar a la Universidad de Costa Rica, entidad a la que le agradece muchísimo, y posteriormente enriquecerse con la cultura de otros países, dándole voz, en sus poemas, a un yo lírico que a veces muestra lo más crudo de nuestra realidad, y otras veces, mediante utopía, invita al tú lírico a la esperanza de un mundo mejor. Es amante de los símbolos, mitos y juego de palabras para retar al lector.

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